EL blog La trastienda del Pecado nos retaba a escribir sobre los fenómenos atmosféricos. No llegué a tiempo para la propuesta, aunque lo intenté; pero entre la flojera mental que arrastro desde hace más de un mes y los niños con los que trabajo que me lo complican aun más, no lo conseguí.
El desafío de Mag me recordó una conversación que tuve no hace mucho con Miguel por quejarme del mal tiempo.
-Agradece que llueva que el agua es fuente de vida- me dijo. A lo que yo contesté: -Es cierto, pero sin sol la vida no es posible.
- Es verdad, sin embargo, para ver un arcoiris hacen falta las dos cosas - sentenció mientras dibujaba su cálida y perfecta sonrisa.
Desde que Miguel reapareció en mi vida tras cuarenta y tres años, estuvimos en contacto permanente. Ya fuese hablando, por mensajes de voz o escritos, o de pensamiento. Puedo decir que manteníamos una conexión absoluta a pesar de los casi 500 km que nos separaban.
El 8 de abril, a las 8 de la mañana, en el mismo momento en que comenzó a llover, presentí, como confirmé más tarde, que algo grave había pasado. Miguel ya no estaba en este plano.
Me ha costado mucho aceptar que ya no me despertará para desearme un buen día, ni podré mantener una conversación normal con él porque no escucharé su voz, ni me hará reir con sus chistes malos. Nunca más podré escuchar su corazón mientras reposo mi cabeza en su pecho, ni besarle, ni sentirme pequeña con el roce de sus grandes manos...
He llorado mucho, no lo niego, casi tanto como agua ha caído del cielo desde ese fatídico dia. No obstante, hoy 16 de mayo del 2024, el cielo vestido de un gris oscuro, casi negro, le ha abierto una ventana al sol.
La lluvia ha cesado y he sentido la necesidad de salir a la calle. Al abrir la puerta me he encontrado con una agradable e inesperada sorpresa. Ha sido un momento efimero, raro y precioso. Un momento de magia que se da pocas veces. Un arcoiris doble. He leído que representa el equilibrio y la armonía entre lo divino y lo terrenal, y que su manifestación indica la presencia de energías positivas y protectoras.Tal vez el trauma de perder a Miguel me haya vuelto un poco loca, pero yo creo que esa ha sido su forma de decirme que no se ha ido del todo. Que sigue estando aquí como polvo de estrellas y puede deslizarse por mis manos cuando llueve, entibiar mi piel cuando brilla el sol, o mandarme guiños de colores con un doble arcoiris tan bonito como el de hoy.
Gracias, por tu escrito me ha llegado al alma, hay amores que por muy lejos que en distancia estén, siempre van en nuestro corazón,
ResponderEliminarMiguel jamás se irá porque tú nunca lo olvidarás, y ese tiempo que después de casi pasar una vida habéis estado en contacto ,no todo el mu do tiene el.privilegio de vivir un amo tan especial
Ese arco iris es tal vez una prueba de que desde otra dimensión te estén cuidando y amando
Un fuerte, fuerte abrazo 😘😘😘😘
Gracias a ti, Campirela. Siempre eres muy amable. No se si hay algo cierto, o si solo es una forma de supervivencia el pensar que se quedan entre nosotros, pero en culquier caso me da paz.
EliminarUn abrazo fuerte, linda.
Seguro que si hay algo, una persona no puede extinguirse para siempre, ellos se quedan. Además, si a ti te alivia el pensarlo es lo que importa. Más besos.
EliminarAh, un gusto volver a leerla... bajo el granizo.
ResponderEliminarEl clima anda loco, Conejo.
EliminarGracias por tu visita :-)
Hola Ardilla. Son muy dolorosas las despedidas. Son difíciles de aceptar, sobre todo si los lazos son tan reales y fuertes como el que te unía a esta persona. Pero de veras creo que ellos están cerca mientras los recordamos. No se terminan de ir si en nuestros corazones les damos cobijo en nuestros recuerdos, en nuestros momentos compartidos. Bella magen la de ese arco iris que se complemento con el sol y la lluvia que lo forman. Muy metafórico. Un fuerte abrazo y espero puedas retomar tu participacion juevera
ResponderEliminarHay que agarrarse a algo para no enloquecer por completo, Mónica. He pasado por experiencias difíciles y he perdido personas importantes en mi vida, miembros de mi familia, pero eran perdidas anunciadas por enfermedad, o la lógica de los años, como fue la muerte de mi abuelo. Pero nunca quedé tan devastada como ahora.
EliminarEn cuanto a mi participación en los jueves, cada semana miro la propuesta, pero tengo un horario de trabajo complicado y no siempre me da el tiempo.
Gracias por tus bonitas palabras.
Y después de la lluvia, sale el sol. De eso se trata, de seguir viviendo. Bien escrito lo que cuentas y lo cuentas con el corazón. Besos caty y a por la semana. Y si es con un doble arco iris, mejor.
ResponderEliminarHan de darse muchas coincidencias para un arcoiris doble, Santi. Yo con que salga el sol estoy contenta. Detesto los días grises y aquí donde vivo, lo raro es el sol. En cuanto me jubile me marcho a España. Gracias por tu mensaje.
EliminarArdilla, no leo muchos blog, y me encontré con este relato... hay un arcoiris en mi ventana,
ResponderEliminarespero que lo veas cuando quieras , la distancia es como el tiempo, no sabemos lo que hay en otros planos, peros los presentimos.
Gracias por tus palabras, Rodrigo. Ojalá fuese todo cuestión de voluntad porque lo vería a cada rato.
EliminarAy, Ardilla, se me encoge el corazón al leer tus emotivas palabras, pero al mismo tiempo me alegro de leerte y me sacas una sonrisa. Mi padre siempre dice una frase de Tagore: "Si lloras por haber perdido el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas". Es más fácil decirlo que hacerlo, sobre todo ante una pérdida tan inmensa, pero aquí seguimos. Por cierto, también vi y fotografié un arcoíris hace un par de días <3
ResponderEliminarUn besazo enorme y feliz otoño