Hola amigos:
Regresé hace apenas tres días de mis mini-vacaciones y ya me parecen años, pero no quiero dejarme vencer por la melancolía.
Han sido unas vacaciones diferentes. No he ido a la playa, ni a la piscina, ni a visitar parientes como otras veces. Me he limitado a estar en contacto con ese trozo de tierra que fue testigo de mis primeros pasos y dejar pasar los días. Sin reloj, sin Internet, y por supuesto sin televisión. Diez minutos de programación, me bastaron para alejarme de ella.
Me sentaba en el patio por las mañanas acompañada por el libro que estoy leyendo ahora, “Irse de casa” de Carmen Martín Gaite. El patio ha cambiado mucho sin la sombra de las parras. En su lugar hay un techo de uralita, pero el verdor de las macetas que mi madre cuida como a hijas suyas, recuerda un poco lo que fue.
Pese a mi interés por la lectura, quedaba abstraída por los olores de los geranios, el jazmín, la albahaca... En algún momento me pareció escuchar el crujido inconfundible de la alfalfa; mi abuelo la cortaba en pequeños trozos para mezclarla con harina de cebada y agua, que luego echaba a los cerdos. Era un espectáculo verlo coger el manojo de hierba, y “ras”, “ras, “ras”, corte tras corte, desmenuzarla. Como lo era verlo barrer las palas que luego cortaba en tiras con su navaja. Decía que eran golosinas para las cabras. Cansadas de la alfalfa seca, recibían aquello como el mejor de los manjares.
Miles de recuerdos se me agolparon en ese patio, que cada año sin remedio se aleja más de lo que fue. Como yo misma, tampoco soy la niña que miraba embobada cada uno de los movimientos de mi abuelo. Tengo un hijo con veinte años y el espejo no engaña a nadie, pero cuando estoy en esa casa, no puedo evitar ser víctima de ese tipo de regresiones. Luego… la vuelta al tiempo real es difícil.
A pesar de estar encantada con ese “aislamiento”, quise hacer una salida; un tanto extraña lo reconozco. Mi hermana me había comentado por teléfono que en el convento de las Clarisas Capuchinas de Murcia tenían expuesto el cuerpo incorrupto de una monja. Sor María Angela Astorch. No es que yo sea morbosa, ni disfrute con este tipo de cosas, pero lo que se sale de lo corriente siempre me llama la atención.
Al principio no la veía. Tras el altar, flanqueada por varias figuras de Salzillo que cuelgan en la pared, tienen expuesta a la monja que yace en un ataúd de cristal, como si fuese una Bella Durmiente. Me acerqué despacio, como no queriendo despertarla. Es curioso, en los cementerios también hablo en voz baja, no sé por qué.
Al verla de cerca, la miré casi con descaro observando cada detalle. La expresión plácida de su rostro, sus cejas, el brillo cerúleo de su piel, las uñas de sus manos, las venas hinchadas de sus empeines, sus sandalias… Impresionante.
La monja portera nos dio un librito con su historia, y la verdad es que también impone. Al parecer, Sor María Angela disfrutaba con las penitencias y las mortificaciones. De entre todas, su preferida era el “ejercicio del pretorio”, que consistía en hacerse atar a una columna y azotar por dos hermanas. Murió en 1665 y en 1982 fue proclamada Beata por Juan Pablo II. En fin… curiosidades.
Ya tengo el alta médica. Todavía no puedo cargar pesos, pero puedo trabajar. Como digo en el titulo de esta entrada, poco a poco vuelvo a la vida.
Un abrazo a tod@s.
pd- La foto que acompaña esta entrada, es de los pocos pinos que quedan en Murcia. Está hecha por mi hijo mayor en Carrascoy, la sierra que separa la vega del Segura y el Campo de Cartagena.
Hola Ardillita, me alegra volver a saber de ti. Yo ando más o menos como tú, leyendo bajo la parra, jejeje. No hay mejor descanso sin lugar a dudas. Interesante lo de la monja incorrupta, aunque hay tantas por ahí que ya pierde un poco la gracia.
ResponderEliminarTe dejo un abrazote y el deseo de tu recuperación completa. Ando un poco ausente con esto de las vacaciones pero en septiembre vuelvo por aquí como siempre.
Un besote¡¡
Ardillita! Hola. Me alegra leerte. Me he acordado de tí estos días, pensando en qué tal te iría todo.Además has estado más o menos cerquita, en Murcia, ¿no?. Yo estoy en la costa de Granada.Sigo de vacaciones, hasta finales de mes, y estoy relajadísima.
ResponderEliminarYa "hablaremo".
Te mando un beso enorme.
Me alegro de leerte nuevamente. Me has traído recuerdos de tiempos pasados. Me he imaginado la Murcia de hace muchos años, cuando las montañas que separan Cartagena del Puerto de Mazarrón estaban cubiertas de encinas y el tiempo a un viajaba en una carreta tirada por una mula. Por supuesto no son míos esos recuerdos, son historias que a mis padres contaron los suyos y a estos... Historias que a veces quedan encerradas en una urna de cristal, como esa monja, y se pierden en el tiempo.
ResponderEliminarMe alegro mucho de que por unos días le hayas podido dar unas vueltas atrás a las manecillas del reloj. Viajar a ese punto de los recuerdos en que hasta la sal de las lágrimas resulta reconfortante. Y violar los tabús de la infancia con la arrogancia del hoy.
Un abrazo.
Como diria aquél: "que bueno que volviste".
ResponderEliminarMe alegro de que ya estes de nuevo activa y que puedas llevar una vida "normal" y alarga lo de los pesos lo que puedas, que para eso estan los demás, jejeje.
Da gusto leerte con esa sencillez y claridad con que lo haces.
Lo dicho, besos
Hola Ardilla,
ResponderEliminarMe alegro un montón de tu regreso, de tu escapada el mundo virtual. Recuperarse lentamente, eso está bien, y también lo está la nostalgia. La nostalgia no es mala, creo yo.
Cada vez escribes con más tiento, me gustas más.
Y pensar que yo he ido a Murcia de conventos y no la vi...
Un beso,
Juanma
Hola, Ardilla, que placer leerte de nuevo con tu entrañable crónica. Me alegra mucho tu regreso y que te hayas recuperado.
ResponderEliminarQue seas muy feliz.
Besos.
Hola, Ardilla.
ResponderEliminarHoy, para mí ha sido un día redondo. Acabo de llegar a casa de pasar el día con unas amigas ya que hemos celebrado el cumple de una de ellas y, aunque parezca una cosa casi normal, tiene su encanto pues nos conocemos la friolera de 50 años y sus dos últimos han sido muy duros. Por eso ha sido un buen día, porque con todo lo mal que lo ha pasado, la hemos vuelto a ver feliz. "Vive" de nuevo.
Y además me encuentro con tu maravillosa entrada.
El broche de oro de mi día.
No sabes lo que me alegro que aunque sea poco a poco, vuelvas a la vida. Imagino lo que te habrá costado, pero como verás han valido la pena todos tus esfuerzos. Has sido muy valiente.
Y bien, ya estamos de nuevo juntos por aquí...
Ha sido un verdadero placer leerte.
Un abrazo fuerte.
Maat
Hola :D
ResponderEliminarMe gusto mucho tu pagina y creo que podiamos intercambiar enlaces, tambien me gustaria que nos visitaramos mas ya que
vi en tu web cosas muy interesantes y por eso no quiero perder contacto con ella.
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A sus Ordenes
Repta
Me alegra tu vuelta, amiga!...y qué bueno el poder contactarnos con nuestros recuerdos de la infancia!... aunque los sitios cambien un poco la memoriahacela conversión, no importa! jejee. Hace poco me llegó por mail un pps de una monja que aun se conserva sin corrupción, a pesar de haber pasado mucho tiempo desde su muerte (murió en 1834), Se trata de Bernardette, la niña que vio a la virgen de Lourdes.
ResponderEliminarAhora volviendo al tema de las mortificaciones que esa monja a la que visitaste solía disfrutar, realmente no lo comprendo!...si no hubiese tomado los hábitos seguramente la llamaríamos masoquista...y la censurarían...por supuesto también al Iglesia! jejeje
Bueno, es un gusto tenerte de vuelta.
un abrazo!
Bienvenida Ardilla,
ResponderEliminarMe alegro que estés mejor y que poco a poco vayas recuperando el ritmo normal de tu vida.
Nos vemos por aquí, preciosa.
Un beso
Hola Ardilla
ResponderEliminarMe alegra que estés de nuevo por aquí y que hayas compartido las sensaciones que has vivido en tus días de vacaciones.
Un abrazo de cariño y seguimos.
Hola Ardilla:
ResponderEliminarNo me enteré de tu convalecencia. Lo siento. Aunque me alegro de que la primera noticia que reciba sea que ya te vas recuperando.
Nunca me pasó por la cabeza que una ardilla pudiera enfermarse, y menos con el ánimo y energía que acostumbras a desplegar. Parece que estos mundos virtuales tampoco son perfectos.
Pues me alegra encontrarme contigo. Ya nos leeremos.
una abrazo
S&P
HOLA ARDILLA , ME ALEGRA SABER DE VOS, YO HACE TIEMPO NO POSTEO NI VISITO Y HOY JUSTO DECIDI HACER UN PASEITO Y SALUDAR Y ME DIO GUSTO LEERTE Y SABER UN POCO MAS COMO VA TODO¡¡¡
ResponderEliminarESPERO QUE TODO SIGA ASI, TE DEJO UN BESO GRANDE¡¡
Gracias. Muchas gracias a tod@s por vuestros comentarios.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Ardillita,
ResponderEliminarMe alegra que las cosas evolucionen hacia mejor. Tienes mi cariño y apoyo incondicional.
Hace poquito me he dado cuenta de un "posible defecto" del nuevo editor y te respondo en tu blog (disculpa....ya sabes que lo puedes borrar si lo vieras oportuno)
Tiene muchas cosas fantásticas en el manejo de las imágenes y nuevas opciones en el cuadro de herramientas.
Por favor, selecciona antes el TAMAÑO y TIPO de letra. Tengo la sensación que por defecto lleva una concreta.
"Juega con él" antes de aventurarte y comprueba que se adapta a tu estilo.
Espero que te haya ayudado en lugar de liarte ;)
Abrazotes enormes e intensos!!
Cuidate!!!!
Hola Ardilla, un placer volver a leerte. Tienes dos premios en mi blog, aunque creo que ya los tienes.
ResponderEliminarUn saludo de Feérica.
http://literfantasticaesp.blogspot.com/2009/08/dos-premios.html
Me alegro de tu mejoría.
ResponderEliminar¿Te gusta la Gaite?
Yo he leído casi todo de ella.
Toda una vida dedicada a la escritura, la suya de una sencillez difícil de alcanzar.
Besos
Hola.
ResponderEliminarEs todo un regalo ver como aun quedan personas que hablan con tanto cariño de la sabiduría de sus abuelos.
Un saludo.
Muchas gracias Feérica e Isabel por vuestra visita.
ResponderEliminar________
Josep Estruel: He de hablar así de mi abuelo porque además de sabio, era mago y aunque en realidad estuve poco tiempo con él por la distancia geográfica, las experiencias vividas fueron intensas para mi. Gracias por apreciar mis palabras.
Bienvenido al árbol de Ardilla Roja.
Un saludo
LLego la ultima, Ardillita.
ResponderEliminarY es que sigo en la playa, alejada del ordenador, sobretodo esta ultima semana que he tenido aqui a mis sobrinos-nietos.
Bueno, me lo he pasado pipa con ellos. Que pareja de trastitos.
Pero a mi todo me hace gracia y me he reido de lo lindo viendolos en la playa.
Hoy vengo al pueblo a leeros, y veo tu entrada que ya lleva varios dias, pero estoy encantada de que vuelvas como tu dices, poco a poco, a la vida.
Esa foto del pino es muy bonita, y debe tener unas raices tan profundas como El Arbol de la Ardilla Roja, por eso has disfrutado tanto en ese lugar que te recuerda tantas cosas vividas.
Estoy muy rollera, lo sé, corto ya.
Pero que sepas que me alegro mucho de verte recuperada.
Muchos besitos.
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ResponderEliminarpretty cool stuff here thank you!!!!!!!
ResponderEliminarHola , me encanta tu blog. ¿Hay algo que pueda hacer para recibir actualizaciones , como una suscripción o cosa alguna ? Lo siento que no estoy familiarizado con RSS ?
ResponderEliminarEs una pena no saber a quien me dirijo puesto que firmas como Anónimo; espero que te pases de nuevo para leer mi respuesta.
ResponderEliminarLa manera más simple si no tienes una cuenta en google, es guardar la dirección y venir de vez en cuando.
Si la tienes, con clicar en "seguir", en la barra gris de la cabecera del blog es suficiente.
Un saludo y gracias.