Recuerdo a la mujer argelina con la que compartí cuarto; no comprendía muy bien el francés y era difícil mantener una conversación con ella. Las horas pueden ser muy largas cuando no se tiene con quien hablar. Ahora estoy sola. ¿Será ella la ocupante de la cama que falta?
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jueves, 11 de junio de 2009
Entre batas blancas y jeringuillas
Hola amigos :
Como el Guadiana reaparezco de nuevo. Tampoco es un regreso definitivo, pero quiero compartir con vosotros lo que a modo de diario, he ido escribiendo en las setenta y dos horas que he vuelto a pasar entre batas blancas y jeringuillas.
08.06.09 Aquí estoy de nuevo entre estas paredes rosadas. Curiosamente me ha tocado instalarme en la misma habitación. La enfermera que me ha acompañado me ha dejado sola mientras tomo posesión de la parte que me corresponde; la cama junto a la ventana, también como la otra vez. El lugar que debería ocupar la otra está vacío. Tal vez a mi compañera le estén haciendo alguna prueba, pienso mientras coloco en el armario el poco equipaje que se lleva a este tipo de alojamientos.
Pasados unos minutos vuelve la enfermera con una cuña y un frasco igual a los que tuve que llenar en mi anterior ingreso. –Ya sabes-, me dice. -Cuando quieras hacer pipí, lo haces aquí y nos avisas para trasvasarlo a este contenedor-. "Contiene acido clorhídrico” se lee en la etiqueta.
-No puede ser, ¿es una broma? ¡Esta prueba ya la hice cuando vine el mes pasado!
-¿Tengo cara de estar bromeando? No, no la tiene. O se ha levantado de malhumor esta mañana, o se le ha puesto viniendo a trabajar, o simplemente es su carácter; pero su cara de vinagre ha dejado claro que no se trata de un chiste.
Para evitar contestaciones desagradables he optado por no decirle nada más. Me ha colocado una vía. Gota a gota mis venas deben ingerir dos litros de suero salino que ha marcado mi doctora. Tras colgar la primera bolsa se ha marchado.
Estoy en el mismo hospital, en la misma habitación, en la misma cama y tengo que seguir haciendo pis en un orinal en las próximas veinticuatro horas. Sin duda el destino está jugando conmigo. ¿Estaré atrapada en un bucle del tiempo?
Recuerdo a la mujer argelina con la que compartí cuarto; no comprendía muy bien el francés y era difícil mantener una conversación con ella. Las horas pueden ser muy largas cuando no se tiene con quien hablar. Ahora estoy sola. ¿Será ella la ocupante de la cama que falta?
Recuerdo a la mujer argelina con la que compartí cuarto; no comprendía muy bien el francés y era difícil mantener una conversación con ella. Las horas pueden ser muy largas cuando no se tiene con quien hablar. Ahora estoy sola. ¿Será ella la ocupante de la cama que falta?
No miro el reloj, simplemente dejo que pase el tiempo. He empezado a leer uno de los libros que me envió Ramón, el profesor del taller de escritura. “Buenos Dias” de Alicia González, otra de sus alumnas en El Desván de la Memoria. Miriam, la protagonista, también cuenta su historia desde la cama de un hospital.
No sé cuanto tiempo ha pasado. Me he quedado dormida y la reconocible voz de las enfermeras me despierta. Le colocan bien el oxígeno a mi nueva vecina. No creo que sea puro azar, en algún lugar ha de estar escrito que esta es la habitación de las extranjeras. No se trata de la argelina, pero mi nueva compañera no habla ni entiende una sola palabra de francés. Entre los indescifrables sonidos que salen de su garganta alcanzo a entender "campuchea", por lo que concluyo que es camboyana.
-No, lo siento. No hablo su idioma- le digo. Es una situación bastante surrealista. Ella sigue hablando, ríe… Una muela de plata destaca solitaria en su encía inferior derecha. Una de las enfermeras anota en una hoja los pocos efectos personales que trae consigo: una bolsa de plástico amarilla que contiene un pantalón negro, un jersey morado, su ropa interior y unos zapatos negros que por su tamaño parecen los de una muñeca.
-Pipi, pipi, dice de pronto. Una auxiliar le acerca una cuña, pero no es eso lo que quiere. Madame Ling abre la boca con gestos desesperados. Tras varios fallos de interpretación, deduzco que tal vez desee beber agua y le muestro mi botella. Ella, contenta, asiente con su boca desdentada y como buena oriental me hace varias reverencias.
El trajin que se oye en el pasillo me indica que se acerca la hora de la cena... (sigue)
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realmente los hospitales no son el lugar mas comodo para estar, solo espero que sean pruebas y salgan bien y puedas disfrutar de tu vida de nuevo con salud perfecta y nosotros de leerte.
ResponderEliminarporque me encanto pasar por tu blog.
un abrazo y mis mejores deseos
Ardillita, al menos encontraste una vía de escape con la escritura.
ResponderEliminarMe alegro de leerte.
Un besazo
Te mando un montón de besos. Volveré a leerte más despacio; siempre voy con prisa, jo.
ResponderEliminarNo te apures, ya mismo estás brincando por ahí otra vez.
Qué facilidad para contarlo todo como si fuera una historia más y no tu vida real, me sorprendes siempre porque a mí me resulta prácticamente imposible escribir algo que no sea producto de mi imaginación.
ResponderEliminarEspero la siguiente entrega.
Un beso gordo.
Hola Ardillita,
ResponderEliminarTesorazo, no sé qué decir para sacarte una sonrisilla. Sabes que eres "The Very Best" y tienes un arte para la escritura ¡qué no se puede aguantar!.
Chiquita, estoy segura que todo saldrá bien. No olvides que eres muy fuertota y peleona.
Me encanta leerte....Eres un regalo!
Cuidate al máximo y nada de bajar los ánimos!!
Abrazotes hipervitaminados!!!
Besotes!
Espero que todo salga bien y pronto regreses a tu casa. Esos hoteluchos no son muy cómodos.
ResponderEliminarbesos.
Te deseo una pronta recuperación.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo para ti.
Saludos ardilla:
ResponderEliminarMis mejores deseos para que todo salga bien.
Observo que mantienes el ánimo en alto y es una magnífica cosa.
Espero poder leerte el Sábado...
Cuidate,.
Un abrazo.
Ay Ardilla!!...qué molestos son estas situaciones!!...es en esas circunstancias que el tiempo parece transcurrir con otro ritmo, como si se empeñara en hacernos saber que es el que le pone ritmo a los buenos y a los malos momentos!!
ResponderEliminarPero ya estás de vuelta y aquí estamos, para compartir todo lo que quieras contarnos.
un abrazo!
Hola Ardilla.
ResponderEliminarMe ha dado alegría tener noticias tuyas. Sólo falta un poquito más y ya habrá pasado todo.
Te mando mucha fuerza y toneladas de ánimos.
Un abrazo.
Maat
ardilla r0ja...
ResponderEliminaray si hubiera un arb0l cerca¡¡ saltarias a el para escapar? n0 , mej0r que te cures de l0 que sea...n0 s0n agradables l0s h0spitales, per0 a vecessale un0 c0m0 c0n renuev0s, c0m0 mej0r de l0 que entr0 y t0d0¡¡¡
mira, tienes, a l0 que parece, una c0mpañera de la camb0ya...esta tarde h etenid0 a una h0rmig0nera p0r c0mpañera y a na pala y vari0s sac0s de cement0 y mas arena y un bid0n de agua y paladas d earena y vueltas de la h0rmig0era y...uffff¡¡¡¡ mandame a 0tra c0mpañera¡¡ jajaj
que t0d0 te vaya de...(iba a dejar n0 de mis tac0s, pues s0y d ehablar c0n tac0s) b0nit0 y c0n musica de ....
gracias, rdilla.
Hola Ardilla
ResponderEliminarPues nada tomátelo con calma aunque no es agradable la vida del hospital tú le sabes sacar su puntito.
Lo importante es que te recuperes pronto.
Un abrazo con cariño y ánimo.
Ni te imaginas las veces que pienso en ti todos los dias.
ResponderEliminarCada vez que entro en el blog, (y entro a menudo) y veo tu blog sin entrada nueva,pienso...
Y la ardillita ¿que le estaran haciendo? ¿que tal lo llevará?
Hoy nos lo has contado muy bien y me alegra ver que aun con enfermeras con cara de vinagre y vecinas que no te entienden, tu eres un ejemplo de animosidad.
Un besito muy fuerte.
ARDI, QUE ME PERDI???
ResponderEliminarESTOS DIAS ANDO SIN TIEMPO PARA LOS TANTOS BLOG AMGOS QUE VISITO, PERO EN EL HOSPITAL?? ESA SI QUENO LA SABIA CHE
BUENO MEJORATE , NO SE QUE ANDE PASANDO POR AHI, PERO QUE TODOVAYA BIEN, DESDE ACA MI CARIÑO Y MIFUERZAS PRA VOS¡¡¡
BESITOS
Ardillita, la solidaridad, a pesar de la barrera de los idiomas, funciona. Hermoso relato, vivido, auténtico, se nota.
ResponderEliminarÁnimos, lee mucho y escribe, diatráete lo que puedas, ¿tienes un portatil?
Te veo saltando de rama en rama, y echarte de cabeza al mar ¿por qué no? Haz como mi "ogra" que se echa a un lago.
Aquí estamos, a ver qué opinas del próximo Sábado.
Muuuchos bsitos, natalí
Chica, que al hospital ni de visita, así que ya me estas saliendo de ahí poniendote buena de lo que sea.
ResponderEliminarCon esas jeringuillas te sacan la sangre, por algo las llaman las vampiros a las enfermeras.
Un beso y toda la energia que te pueda enviar desde aquí.
Ánimo y paciencia;
ResponderEliminarTodos estamos deseando que llegue la entrada en la que digas que estás en casa, que todo ya está bien y que no tienes que volver al hospital. Y eso va a ser muy muy pronto.
Un gran abraso cargado de energía positiva,
Ramón
Un gran beso. Ardillita. Se pasan épocas así. Yo también voy a tener que visitar un hospital pronto. Espero y deseo que pronto estés trepando en tu árbol creativo haciendonos guiños a todos. Un abrazo muy muy grande. y ¡ Animo!. milagros
ResponderEliminarSi miras bien entre líneas, encontrarás un gran paquete de energía positiva, un suero de alegría, pastillas de ánimo y de fuerza.
ResponderEliminarEl hospital pronto será pasado, un mal sueño, y tú sentada al sol te inspirarás en el juego de la luz entre las hojas de un gran árbol para inventar la madre de todos los cuentos.
Un beso.
Ánimo Ardilla, y sigue así, tomándo el cuero por los cuernos, llenando de letras una estancia en el hospital y compartiéndolo con nosotros. Yo he pasado también las últimas horas en urgencias, con mi madre, y lo que me quede. No nos damos cuenta de lo importante que es la salud, hasta que nos falta.
ResponderEliminarUn abrazo