Algo sobre mi

Este es mi portátil y la que está por delante es mi cajita azul. Cuando los días grises se eternizan, ese sol me ayuda a no dejarme caer, su guiño me recuerda que aunque no lo haga de forma inmediata, siempre vuelve a brillar.

Mari Carmen, en su blog Vida y Sendero, (http://vidaysendero.blogspot.com/) me anima a que cuente siete cosas sobre mi. Poco hay de interesante en la vida de esta ardilla, pero ya que me lo propuso, os cuento.

1 - Nací un 8 de marzo en una casa de campo en el término municipal de Fuente Álamo, en la provincia de Murcia. A los cuatro años fui llevada a un pueblo ubicado en la llamada Cataluña húmeda, en la comarca de la Selva, Gerona. Allí nació mi primer hijo. Desde hace quince años resido en Lisle sur Tarn, un pueblecito francés a medio camino entre Toulouse y Albí. Los demás siempre me han visto como extranjera. En Cataluña por venir de fuera, en Murcia por vivir en Cataluña, en Francia por ser nacida en España… Cuando me preguntan de donde soy, digo que de todas partes y de ninguna.

2 - Me gusta viajar en tren. Si tuviese tiempo y dinero, me dedicaría a recorrer el mundo en ese medio de transporte. Entre los sitios que me gustaría visitar están los Grandes Lagos y los bosques de Canadá, Australia y el corazón de África.

3 – Además de leer y escribir, hago manualidades. Para ello utilizo mucho material de reciclaje. La navidad pasada hice un arbolito con botellas de leche y con las cápsulas del café Nespresso, construí un móvil para mis "peques".

4 – Soy Assistante Maternelle y mi trabajo consiste en cuidar a niños de cero a seis a años. Como todos los trabajos tiene sus momentos malos: enfermedades, llantos, pataletas… pero disfruto mucho con estos pequeños genios. Son como científicos que experimentan en el gran laboratorio de la vida.

5 - Hay quien lo ve como una rareza; me perfumo para ir a dormir. No hace mucho tiempo leí que los malos olores propician sueños desagradables y los buenos favorecen un descanso mejor. Sabiendo esto, me importa aún menos lo que opinen otros.

6 - Hablando de olores, tengo un problema con mi nariz. Lo huelo todo. Para lo bueno es genial porque la sensación se multiplica. En un limón por ejemplo, puedo oler el azahar que le dio vida y de ahí irme al huerto de mi abuelo, o a la raspadura de la corteza que mi abuela añadía a la masa del bizcocho. Podría pasarme horas rememorando momentos agradables a partir del aroma de un sólo limón. Lo malo de tener esta pituitaria es que la fetidez, el hedor, la peste de un animal muerto en la carretera, de una bolsa de basura o de un pañal sucio, también es mucho mayor.

7 - Con los años he perdido la afición por una de las cosas que me gustaban. Antes no me importaba pasar tres horas planchando ropa. Ahora siento auténtica aversión por esa tarea. Espero que alguna fuerza superior ilumine a uno de los tres varones que viven conmigo y lo haga él, pero tal milagro no acontece. El día menos pensado me hago naturista y quemo toda la ropa. ¿Qué no? … No sabéis de lo que es capaz una ardilla con estrés.