Esta semana tiene la gentileza de conducir el Bus Literario, Tag desde su blog
Castelldefoc. (
http://castelldefoc-tag.blogspot.com/
Mi aportación de esta semana, describe una anécdota de las muchas que se sucedieron en un loco e inolvidable viaje que hice con mi hermana a Madrid. Hace ya... casi una vida.
Un viaje inolvidable
Con apenas diez mil pesetas entre las dos, unos sesenta euros de ahora, nos fuimos a conquistar la capital del reino en mi recién estrenado Seat Panda.
El Paseo de la Castellana nos llevó a la estación de Atocha. Ya estaba anocheciendo y debíamos buscar un sitio para dormir. Tuvimos suerte, un chico muy amable nos indicó una dirección que estaba cerca y tenía precios adaptados a nuestra economía.
Unas escaleras de madera labrada a un lado y otro de la puerta de entrada, llegaban en un voladizo hasta el piso superior. Las sobrias paredes estaban iluminadas por una tenue bombilla que pendía del techo.
-Mira que lujo-dije yo al ver escalinatas. –Y la suerte que hemos tenido de aparcar aquí al lado-, añadió Elisa.
Contentas y decididas, comenzamos a subir. El cuarto escalón emitió un gruñido parecido al de las puertas que chirrían por falta de aceite. A ese siguieron otros. Un requejido distinto en cada peldaño. Mi hermana y yo nos miramos. Ni ella ni yo dijimos nada, pero tampoco hizo falta. En ese momento se apagó la luz y quedamos en aquel firme tan poco convincente, en la más absoluta oscuridad.
-Ahora sólo falta que nos venga a socorrer un “Igor” con joroba y bastón enano, … tenga, ayúdese- El recuerdo del singular personaje de “El jovencito Frankenstein” nos hizo estallar de risa. Lo imaginé con sus ojos globulosos y su capa negra saliendo de detrás de alguna puerta. Permanecimos un buen rato, ji, ji, ji,… ja, ja, ja… tapándonos la boca para silenciar las carcajadas.
-No te rías que esto se mueve- decía ella.
-¡Cállate! contestaba yo secándome las lágrimas.
A los pocos minutos, alguien entró y encendió de nuevo la luz. - ¡Aligera! que como le dé por subir por esta... apostilló Elisa cogiendo su mochila, acelerando el paso.
Por la mañana bajamos por el otro lado. También crujía y recordando la escena de la noche anterior volvimos a reír.
Nuestra estancia en Madrid estuvo llena de peripecias. Algunas no tan divertidas, pero en ningún otro viaje me lo he pasado tan bien.
Vaya, voy a ser el primero. Pues la verdad que a mí se me apaga la luz y no sé si pegaría un grito..xDD, pero bueno, siempre es saludable reirse a toda costa.
ResponderEliminarUn saludo,
Juanma
Que diver, Ardillita
ResponderEliminarSon esas escenas que recuerdas siempre con una sonrisa.
Esos crujidos, y oscuridad total, desde luego es para morirse de risa.... o de miedo.
Un besito
Me encantan esas situaciones que una ríe y ríe, con cmplicidad, por no llorar y salir por patas ;)
ResponderEliminarBonita situación, os imagino, al par de dos,con esa risa nerviosa de " nena, tira p´arriba,que empiezo a jiñarme..." :P
Me encantó :)
Besos
Bonita y divertida historia llena de sensibilidad.Quién pudiera volver a los veinte años otra vez ¡¡¡¡
ResponderEliminarUn saludo.
Qué cosas tienen las casa antiguas... vemos fantasmas tras cada sombra...
ResponderEliminarUn afectuoso saludo
NO SE SI REIR DE MIEDO O LLORAR DE RISA..JE,JE.E ALEGRO DE TENERTE POR AQI.BESOS.MJ
ResponderEliminarY estas son las cosas que hacen divertidos los viajes, aunque en el momento te den un poquitín de miedo, después uno las recuerda con una sonrisa ;)
ResponderEliminarun abrazo
Nada mejor que un viaje con una hermana para que este sea inolvidable y esté lleno de risas y anecdotas que recordar con el tiempo.
ResponderEliminarMe he reido mucho imaginando la situación, muy parecida a alguna de las mias con mi hermana
Un beso de Mar
HERMOSO RELATO ARDI¡¡¡
ResponderEliminarME DA GUSTO SIEMPRE LEERTE, UNO PARECE QUE HASTA VIAJO DE VERDAD¡¡¡
BESOTES REINA, BUEN FINDE
Recordé algunas residencias de relato de terror, donde me alojaba cuando salía de vacaciones con poco dinero. A veces te reís por no llorar. Lindo recuerdo. Un beso.
ResponderEliminarUn relato divertido con una experiencia para no olvidar. ! Qué bonito recuerdo el de las pesetas !, parecía que había más dinero, creo recordar.
ResponderEliminarSaludos Ardilla.
...recuerdos adolescentes, con penurias y austeridad incluida.
ResponderEliminarEntonces casi todo valía y ahora con años de por medio, todo es una caricatura divertida que se recuerda con nostalgia.
Un abrazo
Siempre pasan anécdotas de este tipo, sobre todo cuando uno es joven y no tiene mucho dinero; pero, ¿y cómo una se lo pasa?
ResponderEliminarUn beso
Menos mal que os dio por reir y ahora lo recuerdas como algo divertido.
ResponderEliminarMi primer coche también fue un Panda blanco :)
Buen fin de semana Aridlla y un abrazo.
jajajaja, por lo que cuentas tuvo que ser un viaje lleno de risas, de esas tontas que no pueden parar jajaja.
ResponderEliminarbesos.
no hay como los tiempos malos de jóvenes, cuando se recuerdan en otras estaciones de la vida!!! muy grato episodio. cariños.
ResponderEliminarme has rec0rdad0 que en trabajand0 en madrid c0n0ci pensi0nes c0n ese tip0 de maderamen...si teng0 que ir ah0ra a una pensi0n de esas...es que me he vuelt0 un tant0 lativ0, si tu quieres, ardilla. clar0 un0 trabaja y paga h0teles...chul0 que es un0. 0 quiza gilip0llas...
ResponderEliminares0 si,, nunca vi a ese j0r0bad0. palabra.
garcias, ardilla.
Seguro que aun te ries al recodarlo, al decir Madrid me acorde del viaje que hice en final de curso de la escuela estuvo sazonado como el tuyo con anecdotas, unas muy divertidas y otras no tanto, pero como todo transcurrio en mi lengua materna y traducido no tiene sentido... me decidi por otro viaje. Como la mente en muy poderosa, imagine los crujidos de los escalones, el apagon y la llega de Igor... me imagino vuestras risas, a ver para cuando repetis la experiencia
ResponderEliminarViajamos hacia fuera,
ResponderEliminardescubrimos paisajes,
y viajando al interior,
nos encontramos...
con risas, con temores,
alegrias y esperanzas,
y al descubrir la vida.
recordamos con nostalgia los lugares,
donde fuimos alegria,
y recordamos con ternura,
aquellos sitios,
donde nosotros fuimos,
una explosion de vida.
Un abrazo fuerte para ti,
suave y tierno para tu espalda.
Izara.
Desde el blog en apoyo al “Premio Maria Amelia López Soliño” a la mejor bitácora escrita por una persona de la tercera edad, te agradecemos el cariñoso comentario de condolencia dejado en su blog y te animamos a estimular a los más mayores a seguir su ejemplo.
ResponderEliminarSentimos mucho la reciente pérdida también de tu abuela.
Un saludo afectuoso.
Qué pena que no te conociera en ese tiempo, me habría ido con vosotras.
ResponderEliminarbesotes
TIENES UN PREMIO EN MI CASA.BESOS.MJ
ResponderEliminarConozco voladizos en anticuadas, viejas casas con sus patios de vecinos. Alargan corredores. Cuànta gente, te has dicho que aquì vive.... ¡cuànto voladizo, entonces, para una sola puerta! Alguien pasa, por encima o por debajo y tù le miras, sin que se haya percatado.
ResponderEliminarArdilla, un saludo.
Qué distinto hubiera sido de ir sola, ¿verdad?
ResponderEliminarEs la magia de la compañía, permite la risa en las situaciones más dramáticas o insospechadas...
Jajajajaja.... me ha encantado!!
¡Ay!, el "pandita", qué recuerdos. Yo lo reestrené en un viaje a Coimbra (era de segunda mano), con el carnet "provisional" y casi temblando como vosotras en las escaleras.
ResponderEliminar¡Cuántos recuerdos!
Bikiños
Hola Ardilla.
ResponderEliminarLeyendo tu relato esperaba que la mano que volvió a encender la luz fuera realmente un Igor. De pasar eso, creo que hubiérais salido pitando hacia la Castellana...
Un abrazo.
Maat
Fue una risa nerviosa y tonta que en la distancia se recuerda como divertida.
ResponderEliminarMuchas gracias a tod@s por vuestros comentarios.
Un abrazo
Un viaje sin salir de una escalera, y además muy divertido.
ResponderEliminarA mí si se me apaga la luz me entra el vértigo y no puedo mover los pies.
Un beso.
Graciosa historia sonora en busca de un voladizo resoplador de cuentos.
ResponderEliminarUn abrazo para la saltimbanqui número uno!
Jajajaja! Que locura ardillita me ha recordado un viaje que hice en Venezuela y nos quedamos en una posada que tenía 300 años... En la noche me pasaron un monton de cosas y pensaba que la gente que nos serviría la comida vendría flotando como en Los Otros.
ResponderEliminarBesotes!
Ardillita, amigota hermosa. Sigo en el medio de mil cosas, unas muy buenas -como ya te enteraste- y otras aburridas -como que el calefón no funcione y los baños sean con agua fria- pero no te olvidamos. Cómo estás? Recuerda que te queremos y te pensamos mucho.
ResponderEliminarBendiciones muchísimas
jajajaja que bueno...no hace falta tener lujos para pasar un rato inolvidable y placentero.
ResponderEliminarLos viajes ha cierta edad y con alguien que se quiere se convierte en inolvidable.
ResponderEliminarPetonets amiga.
Tan sólo preguntarte qué tal sigues y dejarte un abrazo.
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