La saboreo incluso antes de que llegue a mi boca. El aroma de azahares emanado de su piel, prepara mi paladar para recibir el primero de sus gajos. Es suave, liso y un estallido de sol invade mi boca al morderlo. Su jugo dulce baña mi lengua y un cosquilleo ácido excita sus papilas para acoger el siguiente.
Aún no ha llegado el otoño y la echo de menos. Sueño con ver los puestos de los mercados, repletos de tonos naranjas.
Leerlo y oler el azahar es todo uno. Ahora me has dejado con ganas a mí también, ayss.
ResponderEliminarUn beso.
Sí señora. Vaya manera de describirlo, me has contagiado. Pronto la tendremos entre nosotros. Que aproveche.
ResponderEliminarYo también sueño con ella, pero por ahora me conformo con los melocotones de mi huerta, no veas lo ricos que están... y cómo huelen. La pena es que estemos tan lejos y no puedas probarlos.
ResponderEliminarUn beso
VOS SABES?? MI HIJA , COME MUCHA FRUTA POR SUERTE, Y LA NARANJA, ES UNA DE SUS PREFERIDAS, EN CASA NUNCA FALTAN, ADEMAS USO LA CASCARA PARA AROMATIZAR LAS TORTAS¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
ResponderEliminarUN BESITO SABORIZADO A NARANJA HOY ARDI¡¡¡¡
jejeje, pues yo será que las aborrecí de pequeño de tanto comerlas que ahora tan apenas las pruebo. Cosas de haber nacido entre naranjos.
ResponderEliminarAbrazotes¡¡
Hola Ardilla
ResponderEliminarA mi me encanta el zumo de naranja, me bebería vasos y vasos.
En abril estuvímos en Córdoba y cómo olía a azahar.
La flor y el fruto, un placer para los sentidos.
Un abrazo
La primera naranja que vi fue cuando tenía cuatro años ( en 1950 en Francia )para Navidad .Un regalo exepcional , como si fuera una joya.
ResponderEliminarAbrazos desde Malaga.
Mmmmm... ¡Me apetece! Pero ahora mismo, lo más parecido que tengo a su sabor es un tetra brik de zumo en la nevera. Qué le vamos a hacer...
ResponderEliminarMuy evocador, Ardillita.
Te mando un beso
Muchas gracias a tod@s por vuestros comentarios. Sois muy amables.
ResponderEliminarAbrazos.
Hola Ardillita¡¡¡¡
ResponderEliminarNo pidas perdon, yo tambien soy culpable ¡¡
Pero, es curioso, pensaba en ti.( lo creas o no)
Me gusta como describes la naranja...no hace mucho yo pensaba en este maravilloso fruto y en el poco caso que le hacemos al tenerlo siempre. Si no existiese , habria que inventarla¡¡
¿ Qué te ha pasado?
Yo anduve de viajes y zascandileando por ahi. Ahhhhhhhhhhhh y estube más de un mes sin ordenador .... jo, la pera ¡¡
Un beso con achuchon incorporado; la alegria de verte me ha emocionado.
Hola Ardilla, es mi fruta preferida, cuando está de temporada.
ResponderEliminarYa queda poco, para mepezar a disfrutarla.
Un besazo
Los cítricos no me vuelven loca, pero leer tu entrada me ha provocado sentir jugo la boca! jejeje
ResponderEliminarBesitos.
Hola Ardillita,
ResponderEliminarMi niña, ¡¡qué manera de transmitir con solo unas líneas!!
Seguro que pronto formarán parte del paisaje habitual de tu cotidianidad.
Mil abrazotes gigantescos!
Cuidate un montón!
Querida ardilla:
ResponderEliminarComo vuelvas a llamarme señor y por mi apellido, cobras. Aunque sea virtualmente.
Me encanta la evocación poético-sensual de la mandarina (eso que has puesto no es una naranja).
¿Me dejas que rompa el encanto?. Mi familia es de tierra de naranjos, donde siempre se ha vivido bien de su cultivo. Pero ahora estamos asistiendo a la muerte (sí, nada de crisis) de la agricultura de los cítricos. Las naranjas se han llegado a pagar este año a 20 ó 30 céntimos de euro por arroba, equivalente a 13 kilos. Con eso no se cubren ni los mínimos gastos de cultivo, claro. Cada vez más naranjeros están abandonando sus antieconómicos cultivos.
Cuando dentro de poco paladeéis esas deliciosas naranjas, recordad que probablemente son magrebíes y que el productor las ha tenido prácticamente que regalar al comerciante que os las cobra a buen precio.
Besos.
Gracias Gloria, Teto, Abi, Neogéminis, Lujo y Odiseo por vuestros comentarios a pesar de que el ultimo haya querido aguarme la fiesta.
ResponderEliminarLa imagen la saqué de google y si es una mandarina da igual porque me encantan. Respecto a lo otro, es cierto. No sólo de origen magrebí, también se encuentran de Argentina.
De todas formas en el mercado de mi pueblo no suele haber y las tengo que comprar en el súper. Están muy bien etiquetadas con su país de origen y aunque las pague un pelo más caras, compro las que vienen de España. Casi siempre de Castellón.
Gracias Teto por incluir mi blog en tu lista de los mejores blogge. Es todo un detalle.
Un abrazo a tod@s.
Hola Ardilla.
ResponderEliminarLeerte y entrarme unas ganas tremendas de tomar un zumo ha sido todo uno.
Es una pena que estemos tan lejos. Hago un flan de naranja que está exquisito.
Un abrazo.
Maat