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miércoles, 17 de enero de 2024

Un jueves, un relato - "En un abrir y cerrar de ojos, una frase me inspira"


Esta semana Cecy del blog Deshojando Relatos nos propone un juego.  Abrir un libro, cerrar los ojos, apoyar el dedo en una de las hojas, y escribir un relato incluyendo la frase que señale el dedo. 

He escogido la novela de García Márquez “El amor en los tiempos del cólera”.  Mi dedo ha indicado lo escrito en cursiva en el relato.  


* * * * * * * * * * 



Los más ancianos del lugar contaban que "En verano, un polvo invisible, áspero como de tiza al rojo vivo, se metía por los resquicios de la imaginación, alborotado por unos vientos locos que destechaban casas y se llevaban a los niños". 


Esto sucedió en el mes de julio.  Yo tenía poco más de tres años y mi hermano, que aún no caminaba, estaba con dolor de oídos y más llorón que de costumbre. Lo mejor era irme a la casa de mi abuela que estaba justo al lado de la nuestra y así alejarme de sus llantos.  


La abuela acababa de recoger la cocina y me animó a dormir la siesta para de paso descansar ella también, pero de niña yo prefería dedicar el tiempo a otros menesteres, de modo que se conformó con recostarse en la mecedora, mientras yo pintaba en la parte trasera de un viejo calendario, garabatos que pretendían ser bosques de chumberas con mis lápices de colores.

La digestión y el calor combinaron esfuerzos y la abuela en menos de diez minutos quedó profundamente dormida .

 

El silencio denso de la casa, apenas roto por el reloj de la chimenea se hizo pesado. No quise volver a mi casa y acabar envuelta en los lamentos de mi hermano, así que salí sin hacer mucho ruido y me encaminé a las “casas de arriba” donde vivía la tía de mi madre. Nosotros vivíamos en las “casas de abajo”. A los dos grupos de viviendas los separan menos de cien metros de distancia, los cuales se convirtieron en mi terreno de juegos favorito desde que di mis primeros pasos.


A medio camino se despertó el Lebeche levantando a su paso remolinos de brozas y tierra. Mis escasos catorce kilos de niña se salían sin remedio fuera del camino, convirtiendo el hecho de caminar en una complicada tarea. Ese día supe literalmente lo que es morder el polvo.

La prima Anabel, que tenía la máquina de coser pegada a la ventana de su cuarto por fortuna me vio luchando contra el vil elemento y salió a rescatarme.


 -Mira como vas-  refunfuñó la tía al ver mi cabeza y mi vestido blanco de batista, llenos de briznas de hierbas secas y polvo rojo terracota.  -Dale un baño y ponle algo de tu hermano- propuso mirando a Anabel.


No era la primera vez que yo aparecía a la hora de la siesta en la casa de la tía, con lo cual no se extrañaron de verme, como tampoco lo harían en la mía de no hacerlo. Tras una ducha rápida, me vistió con una camiseta de tirantes del primo Pepe que hizo las veces de vestido, me llevó en brazos a su habitación y me dejó caer en su cama. Las emociones vividas para evitar que el viento me llevase volando, la ducha y el ronquido de la máquina de coser consiguieron algo muy poco habitual. Me quedé dormida.


Al despertar, el Lebeche se había calmado, mi ropa descansaba limpia en una silla y sobre la cama, otro vestido de color azul celeste con estampado de margaritas esperaba ser estrenado.  Anabel lo confeccionó con un retal de algodón durante mi siesta.  


De regreso a casa mostré con orgullo mi vestido nuevo. Años más tarde me pregunté alguna vez, cuánto tiempo habrían tardado en darse cuenta de mi ausencia de ser cierto lo que se decía de los vientos de verano.


Otros relatos inspirados en un abrir y cerrar de ojos >>>  Aquí 


39 comentarios:

  1. Me ha gustado leer tu relato, es como un cuento donde los más pequeños hacen las delicias de esos veranos con sus trastadas, y sus vivencias.
    Un gusto volver a leerte. Besotes.

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    1. Hola Campirela: Me alegra que hayas pasado un buen rato con la lectura.
      Besos y buen jueves :-)

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  2. Esa niña tiene la suerte de tener tanta gente querida cerca, la abuela, la tía y su casa aunque los llantos de su hermano, la saquen a pasear. Entre tanto cuidado hay un lugarcito para la reflexión, que le permite que vayan a su rescate.
    Me encanto como lo cuentas, una ternura muy especial me dió.
    Gracias Ardillita por sumarte y acompañarme en este abrir y cerrar de ojos.
    Un abrazo :)

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    1. Muchas gracias Cecy. Lo de abrir el libro al azar y señalar un lugar de la pagina es una técnica que he usado varias veces en mis relatos. Aunque es la primera vez que uso una novela. Casi siempre lo he hecho con el diccionario. En un ejercicio me salieron las palabras camaleón y monja. Ejercicio difícil, pero contra todo pronostico me salio un relato bastante curioso. "El extraño caso del camaleón gregoriano"
      Un abrazo y buen jueves :-)

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  3. Hola ardilla, un relato tierno y entrañable a pesar de que la niña casi sale volando arrastrada por el viento. La imagen del vestido azul y de su prima cosiendolo mientras ella echaba la siesta, me recordó a mi madre que siempre estaba en su máquina de coser precisamente a la hora de la siesta.
    Un cuento en un cuento, esa sensación tuve. Me encantó. Un fuerte abrazo

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    1. Hola Nuria. Muchas gracias por tan bonito comentario. Me alegra mucho que te haya gustado.

      Un abrazo y buen jueves :-)

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  4. No sólo escribiste un buen relato a partir de esa frase, sino que captaste el estilo de ese género, que suele llamarse realismo mágico.
    Besos.

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    1. Demiurgo, tu comentario hace que me sonroje un poco. Muchas gracias

      Un abrazo y buen jueves de relatos :-)

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  5. Un relato muy cercano, tierno y cotidiano. Me gustó. Un abrazo!
    lady_p

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  6. Tu relato tiene la magia de las primeras veces que, de niña, me he animado a vivir aventuras sola. Qué bonito.
    Besos.

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    1. Hola Noelia.
      Me alegro que la lectura de mi relato te haya gustado y llevado a momentos de tu niñez.
      Un beso y feliz jueves :-)

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  7. Magnífico relato. Lo que puede hacer la imaginación al verse convocada por algo que, como en el caso de la leyenda popular sobre el polvo rojo, actúa como un interruptor sobre el ingenio de quien escribe historias tan atractivas como esta.
    Para los que vivían con la niña protagonista no tenían la menor importancia ni los vientos de la leyenda ni que estos hicieran mella en la imaginación de nadie. Menos mal que tu si has sucumbido a ellos.
    Enhorabuena.
    Un fuerte abrazo.

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    1. Hola Marcos. Es muy curiosa la forma de funcionar de la imaginación, dependiendo de quien la usa. Ante un mismo estímulo pueden salir historias muy dispares.
      Gracias por tu bonito comentario.
      Un abrazo.

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    1. Bienvenida, Maria. Gracias por pasarte y dejar tu comentario :-)

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  9. Me ha encantando tu relato, ese libro lo leí hace muchos años, soy fanática de García Márquez, puedo asegurarte que en tu relato captaste perfectamente la esencia del estilo del escritor, he disfrutado mucho de la lectura, te felicito.
    Un abrazo.
    PATRICIA F.

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    1. Patricia, tu comentario me abruma. Muchisimas gracias.
      Me alegra que la lectura haya sido de tu agrado.
      Un abrazo y buen fin de semana :-)

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  10. Excelente historia que nos ubica en tiempo y lugar cargado de recuerdos entrañables. Un placer leerte. Un abrazo, Ardilla

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    1. Muchas gracias, Mónica. El placer es mío cuando leo vuestros amables comentarios.
      Esta semana voy algo lenta con las lecturas. En un ratito me paso por tu blog.
      Un abrazo

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  11. ¡Hola! Me ha encantado tu post, lo he leído con mucho interés. Gracias por compartirlo.
    Aplausos por tu excelente narrativa!
    Excelente contenido tu Blog.
    Un saludo. Blues Hendrix 👍
    ¡Buen finde!

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    1. ¡Hola Hendrix! Bienvenido a mi árbol de letras.
      Gracias a ti por tu bonito comentario. Palabras como las tuyas animan siempre mucho.
      He visto en tu perfil que tienes un blog dedicado al blues... Le echaré un vistazo en cuanto pueda. Aqui la puerta esta siempre abierta, vuelve cuando gustes.
      Buen fin de semana :-)

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  12. Hola, Ardilla, hace tiempo que leí ese libro, me gustó en su día, tengo que releerlo alguna vez... Y en cuanto al relato te ha quedado muy bien, no conocía ese nombre de viento, me ha recordado el relato a la novela realista, describiendo con detalle lo que se sentía.
    Un abrazo. :)

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    1. Hola Merche, el Lebeche es conocido en Alicante y Murcia. En otros lugares se le conoce como Sirocco.
      Gracias por pasarte.
      Un abrazo y buen fin de semana :-)

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  13. Tu precioso relato me ha llevado a la reflexión de que hubo un tiempo en que los niños jugábamos en las calles y transitábamos por ellas con total libertad a cualquier hora y, lo que es mucho más importante, con total seguridad. Lamentáblemente, al menos en cidudades algo populosas, eso ya no es posible, porque no es el viento el principal peligro para los niños.

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    1. Hola Pepe. Justo eso pensaba al escribir este relato. Hoy dia es impensable, ni siquiera en los pueblos pequeños se les deja tan sueltos a los niños. Sobretodo con esa edad.
      Gracias por pasarte.
      Buen fin de semana :-)

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  14. Me has recordado mi infancia, esa infancia en la que con tres años podías recorrer el pueblo y que contabas con la confianza de los mayores. Bellísimo relato, besos.

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    1. Así es, Inma. Se podía jugar jugar en total libertad y sin miedo.
      Gracias por tu comentario. Besos.

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  15. que maravilla de narración cuanta vivencia has soltado como si fuera el lebeche que todo lo envuelve Gracias por regalarnos un escrito tan hermoso Un abrazo

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    1. Caray Rodolfo, recibir un comentario así de alguien que escribe y describe fragancias, colores y sensaciones como lo haces tú, me abruma un poco.
      Muchas gracias :-)

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  16. Vaya una aventura la del "Lebeche"! Je je! Sin duda la mejor siesta es siempre en casa ajena y tras vivir una experiencia tan agotadora como la protagonista! Un abrazote!

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    1. La niña era una consentida, eso es verdad.
      Gracias por tu lectura y comentario :-)

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  17. Esos vientos tan tremendos
    se guardan en la memoria
    junto a grandes sentimientos

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    1. Muchas gracias, Julio.
      Por la lectura y tu bonito comentario en forma de verso :-)

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  18. Un relato precioso que me ha hecho desear vivir en esa zona, a pesar de los vientos, y con tanta gente alrededor.
    Me has hecho recordar a mí tía Nati, a mí abuela... Me lo he pasado requetebién.

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    1. Hola Tracy.
      Pasarlo bien con una lectura es esencial. Si es lo que ha pasado y además te ha traído bonitos recuerdos mejor que mejor.
      Muchas gracias por tu tiempo :-)

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  19. Un relato muy tierno, me ha gustado un montón. Y esa pregunta final que lo hace redondo devolviéndonos a la frase inicial que lo inspiró. Hermoso. Abrazos.

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    1. Hola Esther. Bienvenida!
      Es lo que pretendo que quien me lee pase un buen momento. Me alegro que te haya gustado.
      Vuelve siempre que quieras. Este es un árbol de ramas abiertas :-)

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  20. Blues Hendrix
    ¡Hola Ardilla Roja!
    ¡Pasaba a desearte un feliz domingo!
    ¡Un abrazo! Blues Hendrix 😊

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Gracias por tu tiempo y tus palabras


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