Esta semana el tema propuesto para el jueves no ha sido fácil: "Enemigos íntimos". Me disponía a abandonar porque hasta anoche estaba "en blanco", luego recordé un texto que dediqué a uno de esos contendientes indeseables.
Lo he reescrito con el fin de mejorarlo, no sé si lo he conseguido.
Visitas inoportunas
Con el glamour que da un delantal estampado con frutas tropicales me dirigí a la puerta. Nunca abras sin preguntar quién es, me aconsejó mi madre siendo niña; pero en un derroche de confianza y con la seguridad de que era el cartero, me acabé de secar las manos, me atusé las greñas y abrí.
Se presentó con el sol a sus espaldas, mirando desde lo alto del periscopio de su cuello como una cotilla que siempre se está asomando; altiva y peinada con un eterno moño que aprieta hasta el infinito para alisar las arrugas; inoportuna, como es habitual en ella.
— ¿Vengo en mal momento?— Dijo con retintín. Si sospechara lo molesta que resulta, calcularía mejor sus apariciones; sin embargo ella es así, entrometida, fastidiosa y grosera. La conozco de toda la vida, es como esa pariente que todos tenemos, que no soportamos y nos vemos obligados a atender porque no queda otro remedio.
Terminé de fregar los platos sin prestarle atención. No perdí los nervios cuando cambié las sábanas de la cama con ella pegada a mí como el alquitrán a la suela de un zapato. Aguanté estoica al salir de la ducha y verla sentada en el bidé con su bolso pasado de moda sobre las rodillas; sin embargo, su omnipresencia pone fin a la paciencia de cualquiera. Si alguien merece un premio a la insolencia es ella. La expresión "comer la cabeza" se creó en su honor. Su irritante voz se mete por los oídos como la oruga que mastica las hojas de una morera; sin prisa y sin descanso, rebanándote los sesos poco a poco.
Al cabo de unas horas dejé de fingir y a ella no pareció importarle, seguía dale que dale mientras yo me llevaba la mano a frente y le imploraba a Dios que obrase el milagro de callarla y si era posible, eliminarla por los siglos de los siglos. Apenas probé bocado en la cena y me acosté dispuesta a pasar la noche en vela; no obstante el agotamiento me cerró los ojos a los pocos minutos.
Por la mañana se había marchado igual que vino, sin avisar. La migraña es así; imprevisible, inoportuna y muy maleducada. Viene cuando quiere y se va cuando le da la gana. Es mi enemiga más intima.
¡Jajajaja, muy bueno, Ardi, sí señora!
ResponderEliminarTe ha quedado muy bien ese repaso y la idea es muy simpática...
¡Me encantan los micros con sorpresa, como éste!
Al pricipio me parecía que la visita era de una suegra-petarda ;)
Además es que a esta tía, a la Migraña, le pega mucho tener un bolso pasado de moda, jajajaja
Espero que ya se haya ido...
Un besote de amiga ;)
Muy bueno, Ardilla. Que te conste que me has mantenido intrigada hasta el final. Además, se me ha hecho muy cortito. Un gustazo leerte.
ResponderEliminarTe dejo un abrazote.
Maat
Con migraña o sin migraña; con insomio o sin él, tu manera de relatar sigue siendo una delicia.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Ahjajajja! yo había agarrado para el lado de la suegra, no sé porque, que mala fama tienen estas señoras!
ResponderEliminarQue feo padecer de migraña, a mi raramente me da dolor de cabeza, pero mi compañera de trabajo tiene temporadas en que lo pasa realmente mal. No hay analgésico que le haga efecto. Comprendo que sea tu enemiga íntima si.
un abrazo
Una enemiga odiosa, si.
ResponderEliminarPero que divertida nos la has presentado. Al poner esa foto me has predispuesto a pensar en una tía pesada de esas que se meten en tu casa, lo inspeccionan todo, te cuentan historias que te importan un pito y estas deseando que se larguen.
Y al final, la sorpresa.
Muy buen relato, Ardilla, de los tuyos.
Me ha recordado aquel que escribiste de la crisis, tambien genial.
Un besito
!Toc, toc! llama a la puerta la migraña. Imposible darle en las narices, torearla, se engancha en los zapatos, es alquitrán en las sienes. Ayyy, Ardillita, con fino humor, con destreza y soltura, nos presentas a un fastasma que lleva bolso antiguo cargado de plomo, parece la vieja vecina pesada, la vieja machacona de turno, así nos la pintas magistralmente.
ResponderEliminarAhora a saltar por las ramas, al fresco de la mañana si lo hay en verano, no pienses en esa aparición, aunque te comprendo, se presenta sin aviso, ni un te le haces, ni una silla le ofreces, !faltaría más! a esa enemiga, puente de plata, patada en trasero.
Cuídate mucho, bsitoooos.
Muy bueno... de los que leí (y que no se ofendan los demás) el mejor.
ResponderEliminarMuy original.
Un abrazo.
jajajjaja excelente! me encantó! escrito con un estilo desenvuelto y directo que nos hace entrar en ritmo sin problema!!!
ResponderEliminarUn abrazo!
Ah, qué bueno! Un postre con sorpresa! Tengo una vecina como esa vieja pesada, ella toda es una migraña con patas y perro incluido!!! la encuentras por la calle y llegas a casa con un terrible dolor de cabeza incorporado. Repite las frases cien veces cada una, cambiando los complementos del final al principio... es terrible!!!
ResponderEliminarEjemplo de hoy:
Ella - ¿De dónde vienes?
Yo- De comprar pan (se ve la bolsa a kilómetros con las barras asomando)
- ¿Está caliente? ¿Caliente está?
- Un poco, bueno hasta luego!
- El pan no me gusta caliente, no me gusta caliente el pan.
- Ni a mi, bueno hasta luego.
- Caliente no me gusta, no me gusta caliente el pan.
- Ni a mí tampoco, bueno hasta luego...
Y así puede estar media hora!
Mi peor enemiga: la vecina migraña o la migraña vecina.
Besitos.
Sí, lo recordaba, y sigue siendo muy muy bueno.
ResponderEliminarYa sabes que ando liada, así que este jueves no me he apuntado, pero al menos robo un poco de tiempo para leer y disfrutar con los vuestros.
Un beso.
jajajaja, muy bueno el giro final. Mira que con la fotito ya nos tenías a todos pensando en suegra o tías lejanas, jeje
ResponderEliminarGenial ardillita, el relato, no la migraña ehh¡¡
Besines
jeje... excelente! por un momento pensé que ibas a hablar de muerte, pero al ver que te dirigías a la migraña, sonreí mucho y por fin me reí... ¡Dios! no hay nada que hacer cuando viene, realmente...describiste tan bien la sensación! muy muy bueno de verdad...
ResponderEliminarte invito a pasar por mi blog www.gastondavale.blogspot.com
saludos!
Sorprendente!!!, me ha gustado mucho peronificar tu dolencia, es curioso que muchos amigos los convierten normalmente en animales, pero no en una vieja entrometida, jajaja, me ha gustado, si señor, miles de besossssss.
ResponderEliminar¿Qué será peronificar?, aissssss, lastima de neurona, ves?, tu vecina en mi no podría hacer llaga, no hay donde morder, tengo la cabeza hueca!!!!, bueno, que las tuyas pongan la s que falta, ya que estoy de dejo unos cuantos de besos más!!!...
ResponderEliminarArdi, muy bien!! Me ha hecho reír y mira que ese enemigo es más bien para estar de muy mala gaita. Excelente personificación de tu enemiga más íntima. Mira que verla en el bidé!!!!! ¡Y con bolso!
ResponderEliminarTe deseo que tarde en volver.
Mar
Buenísimo Ardi, te juro que no me lo esperaba, pero la verdad cuando lo desvelas caes en la cuenta de que es de cajón; de que no podías estar hablando de otra cosa.
ResponderEliminarUn besazo por ser tan buena.....
jajajjajaaa!!!!!
Esto es una guerra mi querida amiga y como tal el arsenal debe estar preparado al alcance de la mano para dar pelea.
ResponderEliminarcariñitos
¡Que buen y sorprendente relato!
ResponderEliminarMe ha encantado
Un abrazo
jajaja... genial.... una descripción tan buena como divertida y eso que las migrañas están lejos de serlo!!!
ResponderEliminarUN ABRAZOTE me voy con una sonrisa.
Que buen relato definir asi la migraña, me gusto mucho la historia y la forma de llevarla a cabo.
ResponderEliminarPrimavera
Me ha encantado...jajjaja que bien escrito y menudo demonio interior. Yo no he tenido tiempo de participar. El trabajo me ha llevado fuera de nuevo y además fisicamente ando tocadilla.
ResponderEliminarPor cierto ya me disculpé en mi blog por mi equivocación pero por si no lo has leido, borro de un plumazo aquello que te hizo abuela...Un besazo
A mí esa presencia de alguien a quien no quiero, realemnte me ha resultado algo eterno.
ResponderEliminarLo peor, haberse incluso colado entre mis sueños.
Yo en esas condiciones, efectivamente no descanso.
Tésalo.
permiteme que te diga, ardilla...n0 se c0m0 seria la versi0n anteri0r, per0 dud0 que mej0re a esta...
ResponderEliminarn0 se si anteri0rmente t0 l0 he dich0...cre que n0...per0 teng0 la sensaci0n de que d0minas el arte del relat0 a la perfecci0n. dira mas, para c0ncretar aun mas, que en la especialidad detectivesca del relat0 c0rt0, clar0 que esta especialidad la aab0 de inventar...perd0n, me refier0 al n0mbre que le he dad0...eres una geniaaaa
¿n0 se te ha 0currid0 meterte a detectiva, a direct0ra de crt0s misteri0s0s??
perd0na p0r estas 0sadias, ardilla...per0 es que en est0s m0ment0s me encantaria p0der hablar cm0 y0 habl0, mas salen a relucir mis tac0s...asi que l0 intentare decir asi.
me das envidia p0r la c0nfusi0n que sabes crearrrr
medi0 bes0.
Caray! muchas gracias por vuestros amables comentarios.
ResponderEliminarAntes de nada permitidme que de la bienvenida a Gastón. Me encanta ver caras nuevas bajo estas ramas. Vuelve cuando quieras, en mi árbol no hay puertas :)
La verdad es que la migraña no es cosa de broma, arremete con fuerza y mal carácter; pero ya conocéis el dicho, cuando la vida te da limones...
Me alegra mucho que os haya provocado una sonrisa porque es lo que se pretendía.
Un abrazo a todos/as y hasta pronto.
Sorprendente y buenísimo, amiga.
ResponderEliminar¿Sabes? No pude dejar de pensar que hablabas de la suegra y....sorpresa que me da una gran escritora como tú, la migraña.
Impresionante.
Besitos
Vaya, estás viendo a esa persona que todas conocemos y de pronto te topas con la migraña.
ResponderEliminarMuy descriptivo y sorprendente.
Besos
¡Ay cielo como te entiendo! mi visitante encima no viene solo a ponerse al lado a hablar como un loro sino que viene con guantes de box y me agarra de costal de entrenamiento y no para hasta dejarme en el suelo más muerta que viva.
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