17.11.2009
La mañana ha discurrido tranquila. Después del traslado de habitación me han visitado varios internos y otros tantos estudiantes de segundo de medicina. Los chicos dejan de afeitarse para aparentar más edad e infundir confianza en los pacientes. Son los médicos que me tratarán en el futuro y sin embargo en sus caras no dejo de ver a los niños que han sido hasta hace poco. Alguno, no ha logrado disimular su timidez y se ha ruborizado al colocar su fonendo sobre mi pecho. Otros, en el momento de posicionar los parches para el electro, han apartado la mirada de la abertura de mi pijama.
Al verles he pensado en mi hijo. No olvido la tarde de febrero que regresé de otro hospital con él en brazos. Hace ya veinte años y parece que fue ayer. Lo acosté en la cuna sin sacarlo del saquito azul que lo envolvía. Hacía mucho frío, la casa estaba helada y él era tan pequeño…
Con dos añitos, casi siempre con las letras del revés, miraba muy atento cualquier papel escrito. -¿Y ese “mununo”, mamá?- Ese es el número dos, le contestaba yo dándole la vuelta al texto. Con tres, se fijaba en el dibujo que formaban las palabras e intentaba leer.
- Mira, mamá… “Co-ca-co-la”
- No cariño, ahí pone Cacaolat.
De repente, una mañana me di cuenta de que debía ponerme de puntillas para darle un beso.
Al quedarme sola en el cuarto no he resistido la pulsión de llamarle; su voz rebosante de juventud me anima y me da fuerzas para soportar mejor las horas de espera hasta volver a casa.
-¡Mamá, tengo una buena noticia!, ¡me han llamado hace cinco minutos para decirme que estoy contratado!- Cualquiera que tenga hijos mayores puede imaginar lo que he sentido. El día anterior tuvo su primera entrevista de trabajo y ha conseguido el empleo, la prueba de fuego definitiva que lo hará entrar en el mundo adulto.
He colgado el teléfono sonriendo, contenta, casi feliz. Cuando me dijo que dejaba de estudiar me enfadé, pero ahora, incluso el tejado del módulo de radiología que se ve desde la ventana se me ha antojado menos feo. No hay mejores gafas para ver bonita la vida, que las buenas noticias.
* * * *
18.11.2009
18.00h - Estoy en casa. Sigo esperando resultados; pero lo importante, lo que más me quitaba el sueño, el análisis de factores hereditarios; ha salido negativo. Marcaré estos dos días en el calendario como fiestas a celebrar.
Me alegro por vos!.
ResponderEliminarVerás que esas buenas noticias se multiplicarán en los días sucesivos!
un abrazo.
Ardilla, que buenas noticias. Me alegro mucho. Seguro que dia a dia todo sera mejor. Felicidades a tu hijo por su trabajo y por tener esa maravillosa mamá y a tí por tener ese proyecto de vida adulta. Culmina una etapa y comienza otra. A mi me paso igual cuando vi a mi hija vestida de médico por los pasillos del hospital, el orgullo me hizo engordar 20 kilos...jaja
ResponderEliminarun beso y feliz domingo
Hola Ardilla.
ResponderEliminarFelicidades por tantas buenas noticias, me alegro muchísimo de que tus resultados vayan perfectamente y también de que tu hijo haya conseguido el trabajo.
Seguro que a partir de ahora todo irá más tranquilo
Un beso de Mar
¡Qué buenas noticias!
ResponderEliminarYa tocaba que llegaran, ¿verdad?
Me han alegrado mucho.
Un abrazo,
Ramón
Enhorabuena Ardilla por las buenas noticias, entiendo lo que dices de que no te das cuenta como crecen, mis hijos aún son pequeños pero a veces siento que se escapan de mis dedos, como si fueran arena de playa.
ResponderEliminarÁnimo, veras como lo que viene también es bueno.
Un abrazo.
Me alegran tan buenas noticias y estoy segura que todo seguirá así de bien, ese es mi deseo.
ResponderEliminarUn abrazo Ardilla y no te quites las gafas de la vida bonita.
Bueno, que me alegro muchiiiiisimo de que todo este saliendo bien, y conforme a lo deseado, ya lo sabes.¿a que si?
ResponderEliminarAsi que hablaré de tu hijo.
De lo que nos cuentas, de lo rapido que han pasado esos 20 años desde que nació.
Vuelan los años cuando tienes hijos. A mi me pasó lo mismo. De repente un dia me crucé por el pasillo de mi casa con un joven larguirucho,desgarbado y con un vozarron irreconocible y resultó ser mi chiquitin,disfrazado de adolescente.
Y luego, cuando te hacen sufrir con las motos, los coches, los estudios y al final, parece que empiezan a centrarse y consiguen un trabajo. !!Que alegria!!
En realidad, a las madres, lo que nos da tranquilidad y seguridad es la felicidad y el bienestar de nuestros hijos.
Los demas problemas tenemos recursos para superarlos, pero el tema hijos....es especial.
Bueno, Ardillita, me he aprovechado de que es domingo para hacerte una visita un poco mas larga y extenderme un poquito.
Besitos, y enhorabuena a tu hijo por el primer empleo.
Ardillita, te comprendo !qué alegrías dan los jóvenes! Verles así, salidos de la facultad, tímidos aún...y al hijo con su voz juvenil que te llama...!cuanta alegría ver a la gente joven! en ellos nos vemos como fuimos, desengáñate, no hace tanto, tú aún lo eres, ya lo creo.
ResponderEliminarBsitos, muuuuchos y ánimos que te veo saltarina, ya.
Pues resulta un bonito halago que la gente note en mí madurez a la hora de escribir. Voy poco a poco, pero llevo escribiendo desde muy joven, y cada pequeño detalle aprendido supone un progreso.
ResponderEliminarTú escribes muy bien, tanto los poemas que he leido como los textos.
Me ha hecho mucha ilusión tu comentario!
Gracias =)
Ardillica!!!
ResponderEliminarComo me alegra leer estas lineas y todo haya salido bien, te lo mereces.
Un empujoncito mas y tu hijo ya se aacha a darte el beso a ti y dejaras ya las puntillas ...
Un fortisimo abrazooo!!!!
Es gratificante recibir buenas noticias, y en esta entrada, tú las has recibido por partida doble.
ResponderEliminarMe alegro por ello.
Un abrazo.
Pepe.
Me alegro muchísimo mi ARDI...seguro que todo saldrá bién y tu hijo estará feliz de trabajar.
ResponderEliminarMil besos.MJ
Bueno, me alegro de tus noticias. Más en estos momentos jodidos ser joven y poder conseguir trabajo es un gran logro. A esperar que sigan llegando las buenas noticias!!
ResponderEliminarMe alegro mucho por tus resultados y por este tierno relato con el que he comenzado la mañana.
ResponderEliminarUn fuerte beso.
Que alegría Ardillita¡¡ No imaginas lo que me alegra leerte. :)
ResponderEliminarUn abrazo inmenso.
Hola Ardillita,
ResponderEliminarHe estado leyendo tus entradas. Sabes que para mí eres una referencia y tu mundo me relaja. Llevo un tiempo "en otro lado" por un tema de salud de un familiar. Cuando explicabas tu visión en el hospital me di cuenta que todo depende del color del cristal con que se mira.
No sé si es que estoy "sensible" pero unos días en el hospital acompañando un familiar me ha dejado medio K.O...Se me hace complicado ver como sufren los demás.
Como anécdota te cuento que me hice amiga de un señor muuyyyy mayor que es socio del Liceu. Era un poquito "protestón", pero muy dulce y tierno. Me he dado cuenta que muchas veces hace más una caricia, o palabra cariñosa, que una enfermera con el equipo de termómetro, pulso, tensión..etc..
Me alegra que hayan buenas noticias en tu salud. Ojalá prontito quede todo lejos...Mi niña, no dejes de sonreír.
Mil abrazotes hipervitaminados y achuchones a mogollón.
Me alegra mucho, Cati, siempre las buenas noticias aclaran el la lente con la que miramos el mundo.
ResponderEliminarUn montón de abrazos
Muchos ánimos. me alegro que todo vaya bien y pronto dejes tus visitas al hospital.
ResponderEliminarUn abrazo
Amiga,se lo que se siente que contraten a un hijo.
ResponderEliminarSe siente uno muy agradecido,a Dios,a la vida,al mundo.
Espero tengas salud,mucha salud para que compartas con tu hijo tu alegría.
Enhorabuena Ardilla, desde luego que son buenas noticias y debe ser motivo de celebración. Los hijos, pues ya ves, son trozos tuyos que andan por ahí, que siempre quisieras tener contigo, pero ni puedes ni debes, sus alegrías son las tuyas y sus penas las tuyas. Yo tengo dos, el chico trabaja de delineante y la chica este años acaba derecho, así que te entiendo perfectamente. Bueno me alegro que todo te haya ido bien. Felicidades. Abrazos.
ResponderEliminarHola Ardilla.
ResponderEliminarEs un lujo leer tus relatos. Ya te lo he dicho mil veces, pero ahí va una más: Me encanta como escribes.
Hay que tomar buena nota de estos dos días y celebrarlo en lo sucesivo. El motivo es más que suficiente.
¡Qué bonito eso que cuentas de ponerse de puntillas para darle un beso a tu hijo! Es cierto, cuando llega ese momento...pufff, que difícil se hace ir soltando cuerda.
Pero así es la vida.
Me alegra mucho todo lo que nos cuentas. Dentro de unas semanas, todo eso será historia. ¡Ya lo verás!
Un abrazo grande.
Maat
Tienes un premio en mi blog
ResponderEliminarhttp://rebuscandolapeli.blogspot.com/
Todoa va bien ardilla, me encanta como lo cuentas.
ResponderEliminarGracias por el e mail.
y gracias tambien por tus comentarios en mi blog.
Besitos y cuidate muchísimo.
Miguel
--------------------
www.asaltodemata.com
Muchas gracias, amigos. Con tantos buenos deseos es imposible que vengan malas noticias.
ResponderEliminarLos resultados que faltan, todavía tardarán. Al no ser cosas habituales, llevan un tiempo.
Abrazos a todos. Siempre es un placer encontraros.
No me siento preparado para hablar de este tema ...
ResponderEliminarSolo darte un gran abrazo, cuando te encuentres mejor estas invitada a mi casa (Blog).
Esto es como una terapia para mi.
Muchos besos!!!!
Hola Otoño.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita. He intentado acceder a tu blog pero algo pasa con el diseño de tu plantilla. Es imposible dejar comentarios.
Bienvenido al árbol de Ardilla Roja, vuelve cuando gustes.