Tenía un ring ring muy distinto al de cualquier bicicleta, o al manos a mi me lo parecía. Al volver de trabajar, subiendo el pequeño repecho que hace el camino llegando a la casa, siempre tocaba el timbre. De no ser por algo de extrema importancia como estar en el baño, en el mismo instante que lo escuchaba, dejaba lo que estuviese haciendo para ir en su busca. Olía a azufre y a sudor… dicho así puede sonar horrible, pero así olía mi abuelo al volver del trabajo y a mi no me parecía en absoluto desagradable.
Mientras mi abuela trajinaba en la cocina preparando la cena, bajo una blanca y no muy potente luz de gas, él se aseaba y frente a un espejo de no más de quince por veinte, se afeitaba. Yo lo miraba embobada desde el suelo. Me parecía milagroso que aquella brocha que apenas había rozado el jabón pudiese hacer tanta espuma en su cara. A veces, casi siempre pillándome desprevenida, me embadurnaba la nariz con la crema jabonosa.
-¡Afeitate bien!- Le gritaba mi abuela alguna vez desde la cocina. Siempre fue bastante gruñona, pero a mi abuelo no parecía que le importasen mucho esos comentarios. Me miraba haciéndome muecas con la cara llena de espuma y terminábamos los dos riendo.
Esto que me quedaba muy atrás en el tiempo afloró entre mis pensamientos en uno de mis muchos paseos. Este es un pueblo en el que la vida discurre despacio y es relativamente fácil detectar el ruido de un coche, por eso a veces me permito el lujo de ir confiada. Abstraída como iba en mis cosas, al cruzar el callejón casi me atropella un chico con su bicicleta.
¿Por qué las bicicletas de ahora no llevan un timbre que se oiga?
A los buenos días:
ResponderEliminarQué de recuerdos me despiertas con mi abuelo, ayss.
Sabes? me da verguenza o nó, bueno sí, mucha (soy un desastre en bici, bueno en más cosas) pero ahora no debo montar en bicicleta, primero por qué vamos, Indurain conmigo un mero aprendiz y segundo que, me lo tienen prohibido, pero monto, y como mujer prevenida siempre lleva el bolso lleno, pues en la bici puse un timbre bocina el cual, cuando la uso no veas tu el escandalo, incluso estoy por llamar a una furgoneta que lleve delante de mí la sinera y un aviso, de neon, a vehiculo peligroso.
Cienes de besitos pal andando y cienes de y pico de abrazos.
Shi.
Hola Shi, pero me refiero a llevar el timbre de serie. Que no tenga que ser un extra. Esta bici no llevaba bocina.
ResponderEliminarGracias por tu comentario
Hola Ardi,
ResponderEliminarVivo en una ciudad donde las bicis tienen su carril propio y deambulan por toda la ciudad.
Esa petición la hacen también los conductores de mi ciudad. Hasta algunos piden que se matriculen, lleven casco, respeten semáforos y demás señales de tráfico.
El alcalde no parece estar por la labor y se hace el loco.
Me da en la nariz que cuando tengan más afán recaudatorio tomarán medidas ;)
Un abrazo muy grande
A mi tambien casi me atropella una bici que además circulaba a toda velocidad por la acera y ni siquiera se molestó en disculparse.
ResponderEliminarSeria perfecto que hicieran sonar el timbre como en tu precioso texto hacía tu abuelo.
El día que reúnas todos esos relatos sobre tu infancia y te decidas a hacer con ellos una novela, los de Planeta vendrán a pedirte de rodillas que la presentes para darte el premio.
ResponderEliminar:)
Precioso relato. Es asombroso todo lo que puede enspirar una biciclta. Me ha encantado.
ResponderEliminarun beso.
Hola Lujo. Y menos mal que llevaba buenos frenos la bici, si no me arrolla.
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Hola Teresa. Cuanto me quieres , hija. Aunque si he de serte franca, no eres la primera persona que me lo dice.
Una novela son palabras mayores y aún en el caso de que me atreviese, no sé... El otro día estuve hablando con un editor, bueno a través de email, pensando más en un libro de relatos, y me dijo que si, que muy bonitos, pero que no soy comercial. Con eso ya ni me atrevo a presentar nada a ningún sitio, aunque no evita que siga juntando letras aquí.
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Hola Estela. A veces cualquier cosa puede despertar un recuerdo que crees olvidado.
Muchas gracias a las tres por vuestros comentarios.
Es tan lindo leerte ardi......siem pre traes a mi los recuerdos, de esos que marcaron tu vida, y la brocha, la espuma mmmmm, me hizo soñar yvolar años a tras.
ResponderEliminarMi bici tiene timbre, pero lamenteblemente no la uso mucho por miedo al robo, una lastima tiene hasta canastito, pero ........ estan al acecho con todo por acaa
Un besito , ring, ring
Ah y Milagros!! que despistada soy jajaja
ResponderEliminarUn placer verte por aquí.
Silvia, entraste mientras saludaba a Milagros y no te vi.
ResponderEliminarGracias por tus palabras.
El caso es ardilla, es que ellos las historias tiernas no las consideran comerciales,¿les ocurrirá lo mismo que con la tele?´
ResponderEliminarNo, se pero en los blogs, estas historias son las que gustan, y en realidad, los que leen libros leen blogs, los demás no existen.
Un abrazo, niña y ¡A por todas!
Hola Mimi, ya no es que sea tierna, es que lo sencillo no es comercial y yo soy demasiado sencilla o mejor dicho, lo que escribo.
ResponderEliminarGracias por tus palabras.
jejeje, eso digo yo. Es más, la mayoría no llevan ni timbre¡¡ Así no hay quien se abstraiga, por Dios¡¡
ResponderEliminarArdillita, deberíamos de recoger firmas para que sea obligatorio volver a los antiguos timbres, o en su defecto, una carta en los radios de la bici, que también sirve para avisar a tipos como nosotros, de esos que sueñan al tiempo que caminan,jeje.
Smuakcssssss
Los abuelos son siempre un punto de referencias y sus ¨¨ batallitas unos relatos entrañables ¨.
ResponderEliminarCuando desaparecen casi se deshace la familia.
Un abrazo.
Si si si!! Cartas viejas para que suene la bici eso es todavía mejor jajajaja Así se oye de lejos.
ResponderEliminarGracias, Sinu :)
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Hola Annick :)
Mi abuelo me contaba vivencias suyas de la guerra civil. Eso si eran "batallitas".
Gracias por tu comentario.
Besos a los dos
ardilla tesoro , me llevaste al pasado muy cercano , yo paso fines de semana y vacaciones en un precioso pueblo donde despues de años de no poder andar en bicicleta en mi ciucad , por el trafico , volvi a recuperar esa delicia y disfrute muchisimo unos cuantos años , hasta hace cuatro años que me prohibieron andar en bici....que regalo me has hecho con tu relato ,que monton de recuerdos bellos olvidados , gracias mi tesoro de ardilla ...eres genial escribiendo ...te metes en el corazón ,da igual de que escribas .....traspasas y calas mis recuerdos siempre, una delicia haberte encontrado , nena un abrazo desde mis 21 gramos muakkkk
ResponderEliminardonde esté un buen grito...que se quite todo timbre...
ResponderEliminarpero si, el sonidito era alegre, se hecha de menos :)
Seguro que la bici de tu abuelo era negra, con barra central...pues en una de esas nos subiamos tres: barra, sillín y portapaquetes. Eramos pequeñas, nos bajan el sillín y el manillar a tope y a pedalear y por supuesto más de una vez las tres al suelo.
ResponderEliminarRecuerdos muy bellos.Gracias por retomar la memeoria.
Un abrazo.
Hola Ardillita. Qúé lindo relato. Yo recuerdo claramente a mi abuelo afeitándose, como tú dices, co la cara llena de espuma densa y blanca. Con un dedo se hacía una rayita en los labios para dejarlos al descubierto, y parecían muy, muy rojos contrastados con la blancura del jabón... Hace mil años de eso.
ResponderEliminarUn besote
Gracias 21. A veces acierto juntando letras, pero tengo mucho que aprender todavía.
ResponderEliminarGracias por tu comentario
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Ohhh y este quien es??
bienvenido al árbol de Ardilla Roja, Acuarius. Vuelve cuando quieras :)
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Hola Alhena :)
En una como la de la foto pero sin barra, aprendi yo a ir en bici. Sin casco, ni ruedas pequeñas... Eramos muy valientes o nuestros padres muy confiados, no sé, pero tuvimos una infancia muy rica en experiencias, sin necesidad de hacer excursiones, ni actividades extra-escolares.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo a todos :)
Otra que no conozco. Encantada, Susana. Como tengo el portátil al otro lado del tronco, no te he visto ;)
ResponderEliminarGracias por tu comentario y vuelve cuando quieras
MI ARDILLITA...TENGO QUE CONFESARTE UN SECRETO ¡¡¡NO SE MONTAR EN BICI!!!1APRENDI TARDE Y PARA CUANDO ME SOLTE VENIA ALEJANDRO EN MI BARRIGA,PERO DONDE ESTE UN BUEN GRITO DE ESOS¡¡¡APERTEN QUE VOY SIN FRENOSSSSSSSSSSSSSSSS!!
ResponderEliminarY AHORA TENGO UN MIEDO ATROZ,APARTE QUE NO PUEDO MONTAR¡¡SNIF!!ME ENCANTAN TUS HISTORIAS.
BESOS.Mª JOSE.
Qué buenos recuerdos, ardilla!..bicicletas, pueblo tranquilo, abuelos cariñosos, cena en casa...qué buena composición!
ResponderEliminarGracias por traernos un poquito de aquellos lejanos tiempos (o no tanto!) de tu niñez.
Hola Ardilla, opino como Teresa, tienes cosas que contar y lo haces muy bien, no te desanimes por el comentario de un editor, escribe, presentáte a concursos, intentarlo no cuesta nada. Por cierto, ¿leiste un correo que te envié a esta dirección ardilla-roja@hotmail.com? Como no me has contestado.
ResponderEliminarUn beso
Gracias, queridas todas. Que gusto da encontrar esto por las mañanas.
ResponderEliminarVoy a mirar bajo la alfombra que es donde el cartero de hotmail mete los remitente desconocidos, seguro que allí esta tu correo, Felisa.
Cada día me gusta más leerte, Ardilla. Ya eres indispensable en mi recorido matutino (si puedo, claro) que hago por los blogs amigos.
ResponderEliminarEn cuanto a lo de que no eres comercial... mira, sólo te pondré el ejemplo de la autora de Harry Potter, que paseó su libro por casi todas las editoriales del mundo mundial y tod@s le decían que no había sitio para ése tipo de literatuta en el mercado... Al final, y casi como un favor personal, se lo editó una amiga... ¡y todos sabemos ya el final de la historia, ¿no?!
Así que si algún día te decides a recopilar tus historias (como acaba de hacer Sandra, la secre, y publicarlas) yo no sé si serás comercial o no... pero que tendrás una lista de espera enorme para comprar tu libro.
Además, yo no creo que escribas para ser comercial, ¿no? Sino porque llevas algo hermoso dentro y quieres compartirlo con los demás.
Pues eso. Nada más que añadir.
¡Ah! Yo también tuve una bici que sonaba como la de tu abuelo... Y era lo que más me gustaba de la bici. El timbre.
Besitos hadados.
Hola Korina :)
ResponderEliminarNo no, yo escribo porque me gusta y lo que me sale. Si que procuro hacerlo de forma que pueda gustar. Me corrijo a mi misma muchísimo y casi nunca llego a estar contenta del todo con un texto, porque creo que puede mejorarse, pero en absoluto pienso en ser comercial. En ese caso escribiría otras cosas.
Muchas Gracias, Korina. Se que fuiste un apoyo muy grande para Sandra y tener apoyos en esto, como en la vida, es muy importante. Bueno, yo lo creo así.
Un beso
¡¡¡AINSSSS..MIRA LO QUE HAS HECHO!!!
ResponderEliminarYA HE PERDIDO LA LENTILLA DEL LOS LAGRIMONES,ESPERATE QUE LA ENCUENTRE,POR DIOS.
ME HA ENCANTADO EL SITIO DONDE ESTA Y EL MARCO PRECIOSO.
TU SI QUE TIENES UN CORAZON GRANDE.
BESOS.
Las batallitas de mi abuelo eran de la 1ª guerra mundial , asi que tu veras! ( es que soy algo mayor ....)Un beso.
ResponderEliminarSiempre me emocionan estos recuerdos tan vivos de tu niñez, son tan reales, sencillos pero intensos...son tu historia, tu pasado, tu vida. Y son hermosos.
ResponderEliminary bueno, si es por hablar de las bicis de ahora y respetos...mejor para otro día que sería muy largo.
Un gran beso :)
hola ardilla guapa , he pasado a desearte un bello fin de semana en tu bosque encantado y con este sol , tienes que estar muy feliz nena , que lo disfrutes , ya se huele la primavera ....me encanta el sol jajajja desde mis 21 gramos un abrazo lleno de primulas .
ResponderEliminarGracias Lola, no pienses que no te te había hecho caso, pero es que no puedo estar en misa y repicando. Los Sábados Literarios, son muy intensos.
ResponderEliminarUn abrazo.
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21, que buen rollo desprendes. Igualmente para ti :)
Besos