Esta que veis subida en la rama del árbol que hay pintado en la pared, es la ardilla que cuida de los abrigos y las cosas de los peques que vienen a mi casa. Mientras sus padres están trabajando en sus obligaciones diarias, yo trabajo con ellos. Por eso en algún sitio he dicho que tengo una mini guardería. Es decir, soy lo que los franceses llaman comúnmente , nounou.
Lo que hoy voy a contaros me ocurrió el año pasado con una pequeña humana que entonces tenía cuatro años, llamada Mae. Por eso es posible que alguno de vosotros conozca esta historia.
Estaba coloreando una casa con jardín y como otras veces, me senté junto a ella. Le pregunté cómo había pasado el día en el colegio y sin levantar la vista del dibujo, empezó a contarme las novedades de Melanie, su compañera de mesa. Me dijo que esa mañana la había acompañado su nuevo papá, y que tenía un bigote muy grande. Para los peques, el dato relevante no es que fuese al colegio con otro padre, si no el tamaño de su bigote. Estos pequeños detalles, aunque debería estar acostumbrada, siempre me sorprenden.
De repente se quedó quieta preguntando -
Nouou...¿de que color pinto estas flores?- Del que tu quieras, le contesté, las flores pueden ser de cualquier color.
-
Nounou, ¿te imaginas que el cielo fuese verde?- ... Y si fuese verde, ¿de que color serían las nubes? le pregunté yo.
-Rosas- sentenció entre risas. -
Serian como flores muy gordas en el cielo- -Theo se ha hecho pipí en los pantalones y la maestra le ha prestado unos que le estaban pequeños-, continuo explicandome concentrada en no sobrepasar el límite de cada elemento del dibujo.
Una vez finalizado y orgullosa de su trabajo, recogió los lápices y los guardó en la caja. Y fue entonces cuando sucedió. Espontáneaente y de la forma más inesperada.
Con voz misteriosa, dijo -
Nounou ¿Tu sais?- (¿sabes?) Por inercia, le contesté un 'dime' esperando que continuara revelándome algún nuevo secreto de su amiga Melanie, o algún hecho importante de lo mucho que acontece diariamente en su pequeño mundo, pero entonces se levantó sonriente y rodeándome con sus tiernos y jóvenes brazos, me dijo:
-Je t’aime-. (Te quiero)
Me embargó una euforia tonta que me hizo llorar sin querer. Confundida por mis lágrimas, me ha preguntó si estaba enfadada, pobrecita. Le tuve que explicar que la emoción es un sentimiento muy extraño y complicado, porque a veces nos hace llorar de alegría. Poco después vino su padre a buscarla y se marchó explicándole el percance de Theo y los marujeos con su amiga Melanie.
A veces los humanos me dan disgustos, pero otras, grandes satisfacciones.
Hola Ardillita,
ResponderEliminarMe dejas sin palabras con esta preciosa historia. Tienes un arte especial para hacer relevante hasta lo más chiquito ;) . He buscado en mi memoria cómo replicarte en francés y ni me atrevo. Los años de mi familia en Lyon quedaron atrás, hasta me avergüenza un poco el acento que tengo.
Uno se queda sin palabras ante este tipo de emociones. Supongo que vivimos en un mundo rápido, donde los valores consumistas están por encima....y nos olvidamos de lo fundamental.
Los sufís tienen un dicho: Lo único que verdaderamente tienes es aquello que no podrias perder en un naufragio. :) Pensé que esta frase podría arropar este relato tan maravilloso que has escrito. :)
Un abrazo muyyy cariñoso y buen fin de semana ;)
Dificil no emocionarse con tu relato¡¡¡¡¡¡¡¡m e hizo leerte hoy unas cosquillitas particulares, sos tremenda ardillita, conseguis que uno imagine el momento de una manera unica¡¡¡¡
ResponderEliminarSon asi los pekes, y cuando salen con estas cosas, son las mas especiales, las mas lindas, es el azucar de la vida¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Son los mas lindos te quiero , son los mas lindos mimos¡¡¡¡¡¡¡¡¡ porque nacen de la inocencia, son puros y uno a veces , bueno , flaquea y se emociona y es normal ypermitido¡¡¡
Hoy en especial me gusto mucho mucho mucho leerte¡¡¡¡ sos un sol
Besitos , y buen finde¡¡
Nena! Supongo que al tiempo que acabas hasta el gorro de saltimbanquis y pañales, posees un escondite para furtivas lagrimillas donde doblas las emociones, llamémosle la despensa.
ResponderEliminarCuando pienses que el mundo te ha inmunizado frente a los sentimientos, vuelve al bosque y recupera la avellana con su nombre: Mae, rescata las emociones.
Precioso nombre, me recuerda a Truffaut, con sus cuentos morales, creo que una de las películas se titula así.
Un abrazote en avellanas de chocolate.
QUE BELLEZA DE RELATO ARDI...TENEMOS TANTO QUE APRENDER DE LOS NIÑOS,DE SU ESPONYTANEIDAD.
ResponderEliminarUN BESO Y CUIDATE.
MºJOSE.
Ardilla, ¿tu en que dia vives?. Porque esta entrada está escrita en el futuro.
ResponderEliminarEsos niños siempre nos sorprenderan. Bueno a ti seguro que no porque estás con niños todo el día.
Nounou un abrazo
preciosa la situación y la manera de contarlo, un lujo leerte :)
ResponderEliminarPD:eah! me voy a por un pañuelo...seré tonta
Cuánta ternura!!! Leer estas cosas hacen bien al alma. Esa inocencia con que disfrutan la vida y las pequeñas cosas, no tienen precio!!
ResponderEliminarY tu ternura para contarlo también es grandiosa!!
Abrazotes verdes y amarillos!!
Mil gracias a tod@s por vuestros comentarios. Sois tremendamente generosos.
ResponderEliminarEl misterio de la fecha es el siguiente: Al coincidir prácticamente con el sábado literario, pensé que cambiándola se quedaría en reserva. Como puede verse, yo y los cálculos matemáticos, estamos reñidos. Ahora lo he vuelto a poner como estaba.
Ardilla, vaya relato tierno y bien contado. Es un lujo tener un niño cerca. Yo, ahora mismo, mientras te escribo, tengo aquí a mi tesorillo de dos añitos y medio. Está pintando en una hoja y a la vez canta: cuando el reloj marca la una los esqueletos se salen de la cuna.
ResponderEliminarAy, te dejo que quiere que le pnga el osito en el ordenadorrr.Luego vuelvo.
Oye, que puedes presentar el relato a onda polígono aunque esté en el blog, ya te digo como-o .ñrorlrfmkkf. Uf, ya no puedo seguir...
Ardilla me has emocionado doblemente porque me has recordado a Marc ¿Te lo cuento brevemente?
ResponderEliminarMarc, tiene también cuatro años y es un trasto adorable.Un día se me acerca muy serio y me dice:"Seño, agáchate"
Ví que en su mano ocultaba algo y pensé dios mío,con qué me saldrá.
Me agaché, me dió un gran beso y me ofreció el caramelo que ocultaba en su mano.
Le di un gran abrazo y sus ojillos brillaban de alegría, los mios de emoción.
Otro abrazo para ti Ardilla.
Un¨ je t´aime d´un enfant¨ , c´est le meilleur cadeau du monde .Profite de cette chance chaque jour. Un bisou d´Annick.
ResponderEliminarGracias, gracias, gracias!!
ResponderEliminarAlhena, no sabía que fueses "seño". Los críos regalan momentos impagables.
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Ay Mercedes, de la edad del tuyo tengo yo dos a diario. Una diablilla durante once horas. Que ricos que son, pero que agotadores también jajaja
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Annick, Desde luego. Si no el mejor, si de los mejores.
Besos a las tres
A veces el aura de los bosques, nos juega estas pasadas. Acabo de preparar un relato sobre mis recuerdos de la infancia en la escuela y tu sales con esta maravilla. Gracias Ardilla.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hoy, ardillita, me has hecho reir de buena gana. Tu comen en mi espacio, decia más que mil palabras... jajajjajaja Entiendo lo que has sentido en su momento por el"te quiero" de Mae, eso es lo bueno de los niños, que nos sorprenden con abrazos inocentes y cantos a la vida. Obserban curiosidades que a nosotros"los grades" se nos escapan... benditos sus ojos y bentitas las Maes que son unas cotillas ... jajajajaj
ResponderEliminarBesos, agradecidos, por tus vestidos.
¡Me emocionaste, Ardilla!
ResponderEliminarMira, yo no tengo hijos (y creo que a éste paso, moriré sin descendencia) pero sí tengo seis sobrinos y dos hijos prestados de tanto en tanto (los de un buen amigo)y entre mis logros y tesoros más valiosos están los "TE QUIERO, TITA" de mis sobrinos y el primer beso de Míriam (la hija de mi amigo, anteriormente mencionado) que no besaba ni a sus padres.
Y todo lo que he aprendido de ellos.
¡Y qué ganas me entraron de ver de nuevo a mis sobrinos tras leerte!
Creo que voy a hacer un viaje relámpago para darles un beso y volver via Madrid-Girona.
Besitos hadados.
¡Qué tierno, ardillita! Aunque no la conozco más que a través de ti, y sólo un poquito, también le cogí cariño a Mae y a Maureen. Se nota que las quieres mucho. Las hadas también sentimos lo mismo por nuestra ardillita del bosque. ¿Sabes?, lo díficil contigo creo que es tener el sentimiento contrario... ¡Muchos besitos, ardillita! ¡Ah, y gracias por el piropo de la biblioteca Férica (se me olvidó decírtelo en el mensaje que te dejé en el libro de visitas)! ¡Sí, salí bien jajaja!
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