Este es Cristian Fernández, tiene doce años y puede convertirse en la persona más joven que ingrese en prisión para cumplir una condena de cadena perpétua.
Cristian está acusado de matar a su hermano de dos años a golpes.
Según el informe de la policía, el pequeño estaba a su cuidado mientras la madre, Biannela Susana estaba fuera. A mi esto ya me produce escalofríos; pero cuando he leído que no es la primera vez que este chico agrede al hermano ( le rompió una pierna con anterioridad), he recordado la entrada de Mercedes ¿Estamos locos? a propósito de qué estamos haciendo con nuestros niños.
Al tener un historial agresivo, Cristian va a ser considerado como un adulto, si no, le aplicarían una condena juvenil y saldría de la cárcel con veintiún años. Yo me pregunto y casi me escandalizo al contestarme. ¡¿Qué vida ha llevado este chico para que a los doce años pegue a su hermano pequeño hasta matarlo?!
Lo más espeluznante, es que al regresar la madre y encontrar al pequeño inconsciente, en vez de llamar a una ambulancia le limpió la sangre de la cara, lo cambió de ropa y le puso hielo en la cabeza. Esperó casi dos horas antes de acudir a un hospital. Demasiado tarde, claro. Dicen los médicos que de haber recibido tratamiento enseguida el niño sobrevive.
Yo no sé si está en el agua, en el aire, o en lo que comemos; pero algo pasa y nos vuelve locos.
Este es el enlace por si queréis leer la noticia :
http://www.telecinco.es/informativos/sociedad/noticia/100038721/nino+12
¿Pero es que a nadie se le ocurre que es la madre la responsable?????????
ResponderEliminarEs cierto...cabe pensar que estamos todos locos.
Un abrazo.
Buenos días, Ardilla.
ResponderEliminarSegún el articulo al que nos remites, la acusación pidió que se le diera a Cristian el tratamiento de un adulto. Y es un niño. Precisamente ahí, es donde creo que estamos equivocándonos.Hoy en día no dejamos a nuestros niños ser niños. Tan solo hay que pararse a mirar el plan de vida que los adultos les hemos trazado. Tienen una "jornada laboral" sobrecargada. A las 7 de la mañana, arriba. Ocho horas en el recinto escolar. Extraescolares al salir de la clase:baloncesto, fútbol, ballet, idiomas...(Y ahí, también se les exige ser los mejores) Y como guinda del pastel, han de dedicar algo más de una hora en realizar los "deberes" que traen cada día a casa. De locos.
Me agobia pensar en el futuro de Cristian. Es tan solo un niño y necesita ayuda urgente. Me temo que no va a tenerla. De momento, su imagen ya ha dado la vuelta al mundo.
Un abrazo.
Maat
Escalofriante, Ardi. Que locura...
ResponderEliminarUn abrazo,
Luis.
Hola, Ardi:
ResponderEliminarYo no sé si tendríamos que averiguar eso que los griegos llamaban "causalidad". Igual que una bola golpea a otra y la mete en un agujero. Pero, hay que remitirse a las causas... Otra bola fue la que golpeó a esa bola que mandó a la última al agujero. Y, mucho antes, un palo golpeó a la primera bola que luego empujó a otra que, a su vez, golpeó a una tercera y mandó al agujero. Pero, es que todavía hay más. Detrás de esas bolas que se fueron golpeando unas a otras hasta mandar a una al agujero, había un palo que alguien empuñaba entre sus dedos para golpear la primera bola... No voy a seguir indagando hacia atrás, buscando esas "causalidades". Aquí, lo evidente es que un niño ha muerto y otro ha arruinado su vida. Porque, por desgracia, lo más cómodo es acusar a la última bola que golpeó a la que se coló por el agujero. Qué más nos da (porque somos irresponsables) si, antes, otras bolas iban golpeándose en el camino o quién tomó el palo que golpeó a la primera bola... Porque eso es lo que habría que tener en cuenta; pero no. Qué más nos da...
Mil perdones por el ejemplo, pero ese juego de mesa que se llama billar, es un ejemplo clarísimo de que toda causa tiene un efecto, y todo efecto proviene de una causa. Ahora tocaría decidir a quién juzgar, a la causa o al efecto.
(parece ser que lo más fácil (lo más rápido y menos costoso) es olvidarse de las causas y condenar al efecto (que, con doce años será juzgado como un adulto, por unos adultos a los que no les interesan las causas).
Pobres niños (tanto uno como el otro) víctimas del desorden, la irresponsabilidad y la locura adulta).
Una sociedad que no ayuda, unos padres irresponsables, unas cargas tremendas a niños que dejan de serlo mucho antes de lo que les corresponde, luego mirar hacia otro lado. De locos pero de locos es este mundo que estamos formando.
ResponderEliminarUn abrazo Ardilla.
permíteme ser duro, ardilla:
ResponderEliminardesde mi punto de vista, y esto casi nunca lo digo en voz alta, encuentro normal ciertas cosas. mira, será normal que en ciertos paises se vendad niñas,léase la cjina de hce poco, quizá también ahora, pero de esto no estoy seguro, será normal que en el mismo pàís se maten incluso o se aborte si se ¡sabe que es una niña la que va a venir a este mundo...quiero decir con esto que la normlidad está dictada por lo que nos rodea. y si lo que nos rodea es hambre, por ejemplo, es normal que las niñas, supongo que también los niños, sean vendidos...
no estoy diciendo que comparta esto que escribo. estoy iciendo que dadas unas circunstancias...etec..
medio beso, ardilla.
ahh, diculpa, me gustaría que me contestases vía mail a este punto de vista mio...y digo vía mail por que no ..bueno, si me contestas aqui procuraré pasarme por el bog..¡es que soy un olvidadizooo, por eso te decía que me dieras tu parecer a estas palabras mías vía mail!
ResponderEliminarun beso, ardilla.
Hola a todos, queridos y queridas:
ResponderEliminarSi, como apunta Mercedes, estos comportamientos no son casualidad, si no "causalidades". Vienen originados por algo.
Se comenta que obligamos a los niños a ser adultos antes de tiempo, y en eso estoy de acuerdo en parte; pero no del todo. Nosotros, y mucho más a nuestros padres, fuimos niños sin demasiados caprichos, algunos trabajando desde edades tempranas y madurando casi a la fuerza; lo que nos diferencia de los niños de ahora es que siempre estuvimos bajo el ojo vigilante de personas responsables.
Los niños de ahora salvo excepciones, pasan el día con personas ajenas a su familia y cuando llegan a su casa se pegan a una pantalla; la de la tele, la del ordenador o la de una videoconsola. Ya sea porque los padres están cansados o porque les da igual lo que ocurra con sus hijos.
Cuántos de nosotros escuchamos a nuestros padres la frase " ¿Quiero que el dia de mañana seas un hombre/mujer de provecho"? Yo muchas y algunas me resultaba una lata. Después me di cuenta de la suerte tan grande que tuve. Creo que nos estamos deshumanizando.
No se puede arreglar el mundo, ni barrer toda su basura en un día; no obstante conviene de vez en cuando mirar un poquito hacia adentro y ver si nuestro propio patio necesita algún "retoque".
Muchas gracias a todos por la visita. En este árbol se os aprecia mucho.
Abrazos múltiples :)
Qué espanto...
ResponderEliminarCuriosamente nos es más fácil culpar al niño o a la madre, pero se nos escurre entre los dedos el verdadero culpable: la sociedad. Y no, no me estoy refiriendo a esa misma sociedad que culpan nuestros delincuentes de cada día, me refiero a otra mucho peor y que nos "imbeciliza".No, no estamos locos, solo tenemos el cerebro conectado a la máquina social a través de un aparato de televisión que sólo nos cuenta estupideces, un trabajo que se nos come el tiempo y a penas nos da para pan, de un consumismo que no comprendemos, pero al que nos entregamos gustosos... y todo eso nos roba las neuronas del sentido común y las de la decencia.
ResponderEliminarDicen los psiquiatras que 12 años es el límite de la resiliecia, a partir de ahí ya no nos recuperamos totalmente. Eso quiere decir que en este momento aún se le podría recuperar para la sociedad (está no, otra más justa), pero un proceso criminal tan lesivo como el que le están preparando no creo que lo haga posible.
Mi abuelo empezó a trabajar con 7 años, mis padres con 11. Hoy eso sería impensable. A pesar de ello en los tiempos de mis antepasados, cuando las responsabilidades empezaban en la primera infancia, los fenómenos como el contado sonaban igual de mal que hoy. Es muy fácil culpar a lo que se tiene más cerca, pero se nos olvida que siempre hay circunstancias importantes en estos casos tan escabrosos, que los medios de comunicación, ávidos de morbo, no nos van a servir porque les hace tan culpables como al supuesto delincuente.
ResponderEliminarHola, Ardilla.
ResponderEliminarEsta mañana he escuchado en un servicio informativo radiofónico algún dato más del caso Cristian.
A ese niño, su madre lo gestó con tan solo 11 años de edad. Desde bien pequeño sufrió malos tratos y continuos abusos sexuales por parte de su padre quien, además, se suicido en su presencia.
Dar un repaso a su corta vida eriza el alma.
Un abrazo.
Maat
Anoche vi un documental que se emitió en el programa Documentos Tv, en el que se hablaba de menores que están bajo la tutela del Estado, unos en Protección de Menores y otros en Reforma.
ResponderEliminarLos primeros suelen ser niños menores de doce años cuyos padres no pueden (por los motivos que sean), o no quieren hacerse cargo de ellos. Los otros son adolescentes que han mostrado una contucta agresiva con sus padres, hermanos, profesores... o han cometido un acto delictivo (robos, hurtos y en algún caso violación o asesinato).
Lo curioso es que más de la mitad de los que están en Protección de Menores, acaba en centros de Reforma. Y lo más llamativo es que de estos últimos, hasta un 60% se suicida estando internado.
Está claro que algo falla.
Huy que triste de vdd que mal porque aunque el niño pase toda su vida en la carcel...su hermanito nunca volvera a estar vivo.. =(
ResponderEliminarHola Ardilla, me he quedado de piedra, no lo había oído ni leído.
ResponderEliminarDesde luego algo no va bien.
Besos