Esta semana el blog El Vici Solitari es el encargado de retarnos a construir un relato basado en uno de los siete pecados capitales, en no más de 350 palabras.
Este relato lo tenía escrito y esperaba publicarlo para año nuevo y aunque lo he trabajado para que se ajuste a lo pedido, por exigencias propias de la historia es algo más largo. Espero que me perdonéis y que os guste, por supuesto.
Mi pecado elegido es la lujuria.
Feliz Año Nuevo, Lucciano
Con la cena dispuesta en una bandeja me dirigí al salón decidida a pasar una gran noche. Un resto de crema de calabaza, una pizza "frutti di mare" del supermercado y una mandarina estupenda conformaron el elaborado menú. Abrí una botella de sidra y me dispuse a saborear mi suculenta y última cena del año, acompañada eso sí, por los personajes más carismáticos del cine.
Al sonar las doce en el reloj de la pared, como una “Bridget Jones” enfundada en mi viejo pijama de franela rosa, llené mi copa y la alcé en un brindis por Lucciano. Deseé con fuerza que le fuesen bien las cosas y que algún día, de alguna manera, pudiéramos encontrarnos de nuevo. La auténtica Bridget, tras correr por la calle en ropa interior, se besaba con Marc Darcy bajo la nieve cuándo decidí acostarme.
Habría pasado una hora cuando un frío repentino me despertó. -Feliz año nuevo, princesa… Escuché con claridad. Me asusté, pero tras unos segundos, el sobresalto se convirtió en malhumor. Tengo el sueño ligero y lo último que me apetecía era desvelarme por un sinsentido, provocado seguramente por algún mejillón en mal estado. Entre resoplidos sacudí el edredón, me cubrí la cabeza y adopté la socorrida posición fetal para entrar en calor. Pasados unos minutos, más calmada, me fue invadiendo de nuevo el sopor.
-Vaya… ¿Ni un “igualmente”, siquiera? La inconfundible voz de Lucciano me estremeció. Intenté hallar una explicación a lo que ocurría, pero no lograba pensar. Le vi apoyado en el quicio de la puerta, mirándome con sus ojos de color verde avellana, tan oscuros y abisales en la noche, que si te despistas un poco y caes en ellos, es imposible volver a salir.
No perdimos tiempo en contarnos cómo nos había ido, ni por qué vino a esas horas, ni siquiera cómo entró; sólo nos abrazamos con tantas ganas, que ni un fino cabello hubiese conseguido interponerse entre nosotros. No sé en qué momento se quitó la ropa ni cuándo me despojé de la mía. Mis pechos desnudos buscaban su boca y ella complaciente comió de ellos. El cosquilleo de su barba de dos días estimuló mis sentidos por completo y el olor a madera y cítricos que exhalaba su cuello, sacó de mí el instinto más salvaje que recuerdo.
Recorrí su cuerpo intentando aprender nuevamente cada línea, cada saliente y cada recodo de su piel, y a la vez, marcar en ellos con mi boca y con mis manos la huella de ese instante.
Lucciano me acariciaba con maestría de artista. Como el músico que afina las cuerdas de su guitarra, sacaba de mí notas hasta entonces nunca oídas. Conocedor sin duda de su arte, se recreaba deslizando sus dedos por los pliegues más ocultos de mi cuerpo. Y sin prisas, pero sin descanso, con la firme delicadeza de quien saborea una fruta madura, también comió con placer del secreto manjar de sus anhelos. Y en cada beso, cada mirada y cada jadeo, iban impresas las palabras escritas, las caricias no dadas y el eco de todo lo dicho.
Agotada al terminar y con plenitud desbordante, grité riendo.
– ¡Feliz año nuevo,Lucciano!
Desperté por la mañana abrazada a la almohada, semidesnuda y con el pantalón del pijama enredado entre las sábanas. Lucciano, me dijo en una ocasión que tenía telequinesis, por mi habilidad de levantarle el ánimo y otras cosas sin necesidad de tocarle; pero... ¿Tanta como para traerle hasta mi cama en Nochevieja? El zumbido entrecortado de mi teléfono móvil me sacó de estas cavilaciones. En la pantalla apareció un mensaje de Lucciano que decía: – ¡Feliz año nuevo!, princesa.
Hola Ardilla, paso por aquí para desearte una feliz Navidad con los tuyos y todo lo mejor para el año 2024, que así sea, chin chin...
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas Gracias, Franconetti.
EliminarIgualmente, preciosa. Mis mejores deseos para ti y los tuyos.
Vamos, que te diste un buen homenaje, ja, ja, ja.
ResponderEliminarUn relato que levanta el ánimo y deseas irte a la cama a soñar, pero con contundencia . Un besote, y mis más sinceras felicitaciones en estas fechas, Que paséis una buena Navidad.
La química del cerebro tiene esas cosas ja,ja,ja,
EliminarGracias, Campirela. Igualmente, cariño
Hola, Ardilla: ¡¡¡guauuu!!!! Me ha encantado, está descrito, escrito e hilvanado con una destreza admirable, incita y no es vulgar en el vocabulario empleado ni nada por el estilo. Muy bueno. Por cierto, me encantan estos abrazos: que ni un fino cabello hubiese conseguido interponerse entre nosotros.
ResponderEliminar¡Feliz Navidad! Disfruta mucho y sé enormemente feliz.
Un abrazo. :)
Muchísimas gracias Merche. Una hace lo que puede con lo que sabe. Los abrazos en los que no pasa el aire son los mejores.
EliminarFeliz Navidad, guapa. Disfrutare lo que pueda y me dejen
Gracias por tan bonito comentario. Y gracias ;-)
Hola Ardilla Roja, excelente historia, realmente muy bien narrada al estilo de las mejores novelas, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarPor cierto que la película que estaba mirando tu protagonista la he visto varias veces, se da perfectamente para una noche de cena solitaria.
Te felicito.
Un abrazo y que pases una hermosa Nochebuena y una feliz Navidad.
PATRICIA F.
Madre mia, Patricia. Me abrumas.
EliminarPor comentarios como el tuyo vale la pena el esfuerzo. Muchisimas gracias?
Un abrazo y felices días de Navidad y Año Nuevo para ti y los tuyos.
Un sueño o realidad no importante , si de eso se ha sacado una condena
ResponderEliminar¿Condena?
EliminarNo entiendo tu comentario, Rodrigo.
De todas maneras agradezco tu lectura :-)
Un pacer -nunca mejor dicho- tener ese tipo de sueños.
ResponderEliminarAprovecho para desearte una feliz navidad y salud! Un abrazo!
lady_p
Salud sobre todo Lady. La salud alarga la vida :-)
EliminarUn abrazo
Estas son de las lujurias que vale la pena volver a pecar con telequinesis o no!!!!
ResponderEliminarTe quedó genial el relato y no fue tan largo, mas bien entretenido!!
Feliz nochebuena y Navidad “Bridget Jones”, digo Ardillita :)
Un abrazo,
Hola Cecy
EliminarEsa era la ida, que al lector le resulte entretenido.
Muchas gracias por tu atenta lectura y felices fiestas! :-)
Muy bueno y muy finamente descrito sin reducir la intensidad de lo contado. Eso de la telequinesis no has explicado muy bien como funciona, solo los resultados😝. has estrangulado a la almohada, no?
ResponderEliminarAbrazo fuerte
y feliz Navidad
EliminarEste relato es pura ficción, Gabi. Me alegra mucho que alguien piense que es una vivencia real, porque es una buena señal de que sé transmitir lo que pretendo. Aunque, de todas formas, ¿Quien no ha tenido sueños de ese calibre?
EliminarEn cuanto a la telequinesis, Google explica muy bien las cosas 😃
Un abrazo y felices fiestas. :-)
Un caso de lujuria, con mucho talento para estimular los sentido y en forma paranormal.
ResponderEliminarFue feliz año nuevo para ambos. Muy bien contado.
Que tengas felices fiestas. Besos.
Gracias, Demiurgo. Es un relato de pura ficción, aunque si he comido gajos de mandarina en lugar de uvas más de una nochevieja.
EliminarFelices fiestas. Besos.
Gracias por tu relato y...te deseo lo mejor con Lucciano. Feliz navidad y si me animo a hacer un relato, creo que será de torreznos. Esa "gula" que tanto me gusta. Besos
ResponderEliminarHola, Santi! Creo que el torrezno debería estar incluido en la gastronomía de estas fechas, yo casi lo prefiero a las clásicas gambas.
EliminarMuchas gracias por venir, por leerme y por tus buenos deseos. Besos.
Muy bonito Ardilla, y también romántico. Un sueño le dio el placerde tenerlo a su lado.
ResponderEliminarBesos y Felices Fiestas.
Me alegra que te haya gustado Tracy.
EliminarBesos y felices días con la gente que quieres.
Me ha gustado mucho tu relato, Ardilla. Me encantaría tener el poder de Lucciano... Aunque tengo suerte y seguramente en Año Nuevo no lo necesitaré ;P
ResponderEliminarUn besazo y
Felices★* 。 • ˚ ˚ ˛ ˚ ˛ •
•。★Fiestas★ 。* 。
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Muchas gracias Dafne. Me alegra que te haya gustado. En realidad el poder lo tiene ella. Dice la RAE que la telequinesis, o telequinesia, en parapsicología es el movimiento de objetos por una fuerza psíquica o mental. Con ella, a Lucciano se le levantaba el ánimo y otras cosas :-D
EliminarFelices Fiestas, linda
ESE PECADO QUE QUEDA PEGADO EN TUS LABIOS, ESE PECADO QUE NOS DEJA LA PIEL CALIENTE,ESE PECADO QUE NOS LLEVA DE LA VIDA A LA MUERTE Y ... DESPUÉS DE TRES DIAS RESUCITAMOS SIN DEJAR RECUERDOS A LA HUMANIDA, PERO PEGADO A UN RECUERDO, QUE SI FUE O NO, NO IMPORTA, ESTUVO AHÍ CUANDO LO NECESITAVAMOS.
ResponderEliminarGUSTAB... QUEMADO EN SUS AUSENCIAS.
Hola Gustab:
EliminarYo creo que no hay nadie que no haya tenido sueños de este tipo. Los efectos no duran tres días, como la muerte de Cristo que al tercer dia resucitó; pero si es cierto es que dejan huella, sobretodo cuando vienen inducidos por el deseo, como es el caso de la protagonista de este relato.
Gracias por pasarte y dejar tu comentario :-)