Alguno de los porqués de esta larga ausencia

Google me ha olvidado, es lo que ocurre cuando no se actualiza un blog, de modo que no sé si estas líneas llegarán a alguien, si se leerán, o quedarán cubiertas por el polvo de la ignorancia. En cualquier caso las dejo aquí:

Hacía mucho tiempo que no venía a la que fue "mi casa". Invertí mucho tiempo en decorarla con imágenes bonitas, con relatos, algún poema, mis vivencias medianamente interesantes, los ejercicios de escritura y algún que otro disparate. Me propuse hacer de mi casa árbol un lugar agradable donde compartir historias. De los lectores que pasaban por aquí, algunos dejaban su opinión, otros no, pero quiero agradecerles a todos su tiempo.

Mi ausencia no es fácil de explicar, sin embargo, a esas personas que aparecían bajo estas ramas a diario, que seguían mis pasos, que apreciaban mis escritos, se lo debo. Al menos eso creo.

Siempre intenté compartir historias agradables, porque a nadie le gusta que le cuenten miserias, para eso está la vida; maravillosa en ocasiones, aunque despiadada otras. Muchos saben que pasé por una cirugía bastante seria y a partir de ahí mi creatividad, sin pretenderlo realmente, se empezó a manifestar por otras vías. Hacia papel maché, creaba objetos con cartón reciclado... En la cuenta de Mi facebook se pueden ver algunas cosas. El estar concentrada en lo que salía de mis manos, me alejaba en parte del dolor físico. También emocional por motivos que no quiero contar.

Los primeros meses publicaba mi pequeña aportación en las iniciativas de los Sábados Literarios y los relatos del Jueves, que entonces llevaba Gustavo, pero escribir me resultaba cada vez más difícil. Las historias que no se han vivido no son creíbles, y escribir de lo que no se conoce tampoco. Por ejemplo, ahora sé lo que se siente al despegar un avión, pero entonces no lo había experimentado. Es un ejemplo de muchos. Y un texto surrealista puede hacer gracia una vez, pero no se debe abusar. 

Dicen que los escritores sufren bloqueos. No sé... Yo no me considero tal cosa, simplemente las musas se fueron. Cuando estuve mejor, mantenía conversaciones conmigo misma

-Y si vuelvo a mi árbol?

-Para qué si te habrán olvidado.

-Pero... ¿Y si vuelvo? ¿Qué les puedo ofrecer?

-No gran cosa y lo sabes.

Tal vez os interese saber qué ha sido de mi vida en estos años. Poca cosa, o mucha según lo miréis. Estuve tres años sin trabajo, lo cual me vino muy bien, porque mi hijo pequeño enfermó. No me extenderé, en 2018 necesitó un trasplante de riñón y me dediqué a cuidar de él en su Vía Crucis. Después vino el Covid 19 y los encierros...Más estancias en hospitales...

¿Quién quiere leer sobre eso? Os lo diré yo. Nadie. Cada quien lleva su cruz y no necesita más peso.

Entonces, ¿Porqué vuelvo? 

Lo leeréis otro día. Aún no está escrita, pero es una historia verdadera, bonita y digna de ser contada. Al menos a mi me lo parece. Puede ser ñoña para algunos, pero también inspiradora para otros, tal vez triste por momentos. Puede que os encante, o quizás os decepcione, no obstante, necesito compartirla.

A esta ardilla le pasan muy pocas cosas de las que presumir ;-)

Os puede la curiosidad, lo se.