Esta semana Mercedes nos propone un recorrido diferente. Un viaje a nuestro propio interior, o bien el de algún conocido o personaje anónimo y seamos testigos de sus conversaciones con Dios. En este caso he preferido contar la historia en primera persona. Espero que os guste.
Mi dios no tiene un nombre concreto, ni doy fe de su existencia; sin embargo afirmo que hablé con él y me reveló un secreto.
El encuentro se produjo en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital de Rangueil, en Toulouse. Dicta el protocolo del hospital que tras una cirugía, antes de instalar al enfermo en una habitación convencional ha de pasar al menos setenta y dos horas en la citada unidad. Tras pasar mi primera noche junto a un anciano cuya razón se extravió por efecto de la anestesia, solicité un cambio de box. Después de muchos ruegos conseguí el traslado a media tarde. Me bendijo la suerte otorgándome una plaza en una sala con ventana desde la que se veía un buen pedazo de cielo azul. Una estancia compartida con otro señor; aunque más joven y relajado que el anterior. Los analgésicos entraban gota a gota en mi vena y abstraída por los dibujos caprichosos que formaban unas nubes desgreñadas, me dormí enseguida.
Desperté entrada la noche alertada por los gritos de una enfermera: - Monsieur Rigalt, monieur Rigalt! Allez! Réveillez-vous! - Mas por mucho que lo llamó el hombre no respondía. Minutos después llegó un médico seguido por un carro de paradas que empujaba otra enfermera. Mientras el doctor jugaba a ser dios recuperando de las garras de la muerte al pobre Sr. Rigalt, yo contemplaba la escena reflejada en los cristales de la puerta. ¡Dios mío!, ¿Por qué precisamente él? ¿Por qué no le ha tocado a otro? ¡¿Por qué estando yo aquí?!, pregunté sin sospechar que al momento el susodicho se sentaría a los pies de mi cama.
- ¿Eres quien imagino? ¿Por qué no te veo?- inquirí
- Si, soy tu dios. No me ves porque cada quien me da el aspecto que quiere y tu me has diseñado así, incorpóreo.
- Dime, Dios ¿Por qué muere el hombre que está junto a mi cama?. Nunca he visto un cadáver humano y no me apetece que sea la primera vez. No, ahora que estoy tan mal.
- ¿Y por qué no ha de morir? La muerte no es más que el final de un ciclo. Lo que algunos llaman Ying, el reposo, el lado negro del círculo.
- Si, eso ya lo sé. Pero míralo. ¡Se muere! ¿No puedes evitarlo?
- Cuando la gente espera milagros, mi poder, por decirlo de algún modo, consiste en lanzar al aire la moneda del destino. Cómo cae no depende de mi. No es por mi causa que haya ricos y pobres, enfermos y sanos, difuntos y vivos... Tampoco que reine la luz y la oscuridad, lo positivo y lo negativo, lo bueno y lo malo. Todo eso ya existía cuando yo fui creado. Soy una proyección y existo si así lo decides; aunque no tengo voluntad. La gente no lo sabe. Piden, preguntan, ruegan, algunos exigen, otros se quejan; sin embargo nadie escucha.
Estaba claro, la moneda cayó mostrando su lado negro. Después de varias descargas eléctricas el médico certificó la muerte del Sr. Rigalt. Un sabor metálico y frío invadió mi boca al ver su cuerpo cubierto con una sábana, camino del depósito. Que el hecho de continuar o no en esta vida lo determine un disco redondo me produjo escalofríos; escuchaba los sonidos ahogados, secos, turbios... me dolía mucho la cabeza y temí desmayarme. En ese instante mi dios me susurró: "Recuerda: el poder está en ti. Lucha y no te rindas. No me obligues a usar la moneda".
No digo que me guiñase un ojo porque era invisible; pero así lo intuí. Me agarré a sus palabras con la misma fuerza que los caballeros templarios empuñaban su espada; ya no importaba el dolor, la soledad entre desconocidos, el miedo... Vencería el asco, bebería aquel caldo repugnante con olor a pócima de bruja, comería la compota de manzana sin azúcar y reciclada que repartían las enfermeras; pero no dejaría que mi dios se jugara a cara o cruz mi regreso a casa. Ganaría esa guerra.
Pronto se va a cumplir un año de mi paso por el hospital y no he vuelto a hablar con él. Desde que conozco su secreto soy más fuerte.
* * *
Buen fin de semana a todos/as.
Ya es casualidad , las dos tenemos ese tipo de conversaciones. En los hospitales ... charlas de horas y horas . Despues , están las otras , las que él solito busca, La ultima; en el parque y tan sólo hace un par de dias. Oye , pon una reclamación , ese dios no es nada serio .... se la juega con una moneda ¡¡¡
ResponderEliminarAhhhhhhh otra cosa ; yo, siempre le escucho pero , habla tan bajito¡¡
Me ha encantado verte . Un achuchon fuerte , fuerte.
Desde que te conocí, mi querida amiga, y supe por lo que habías tenido que pasar; supe que eras como un "caballero" de la mesa redonda, de esos que empuñan la espada con fuerza y la "ven" ya casi fuera de la piedra ;)
ResponderEliminarMe he emocionado leyéndote; Ardi, como siempre, no sólo porque cuentas las cosas de la vida de fábula, sino porque sabes llegar a los corazones, always, always...
Te diría muchas más cosas, porque verdaderamente has contado una experiencia dura y hermosa; lo dejo aquí...sino el comentario corre peligro de convertirse en un pergamino :)
Te diré más cosas algún día mirándote a los ojos y tomando un buen café...
Besos, bella.
"El poder está en ti, lucha y no te rindas, no me obligues a usar la moneda"
ResponderEliminarGracias, amiga, por compartir esta formula de fe.
Un beso
Durante casi cuatro años he tenido el privilegio de acompañar a mi esposa, semana a semana, en sus largas sesiones de quimioterapia que duraban siete u ocho horas. Así hasta que desencarnó y se fue dulcemente para integrarse en el Uno. Allí, en el hospital de dia, fuimos testigos de la mal llamada muerte de varias personas. Comento esto para que entiendas que he vivido muy de cerca la experiencia que relatas. Yo creo que tu relato es una inspiración de la Energía Infinita y Superior. Tú testimonio es necesario para aquellos que aún no estan en la Verdad.
ResponderEliminarTe felicito por tu fuerza y tu positividad.
Un fraternal abrazo.
Jesús
Cada cual encuentra su dios de maneras diferentes...todas son válidas.
ResponderEliminarUn abrazo!
Has demostrado que tú tienes la capacidad de luchar para que la moneda no cayera del lado oscuro. Me alegro que tengas esa fuerza para vivir y además contarlo tan bien.
ResponderEliminarBesinos Reina del bosque, no dejes nunca de luchar.
"Eppur si muove"
ResponderEliminarArdí, Dios no es nuestros sueños, ni nuestra literatura; que lo imaginemos de una u otra forma, sólo significa que no tenemos más capacidad para "penetrar su Ser". No hacemos a Dios, Él nos hizo a nosotros, no darse cuenta de esto es vivir en la superficie del mundo que los seres humanos hemos hecho. Y el mundo humano desaparece, va y viene; si los hombres dejáramos de existir todo, menos nuestro mundo, seguiría igual; de hecho durante milenios todo funcionó sin nosotros. Creer que nuestro mundillo es la realidad es de personas poco profundas y lastima la inmensidad de lo que es.
Con cariño
Jorge A Lastra
Ardillaita Roja,
ResponderEliminarpasaste por algo grave o sólo es la narradora de tu historia? Como cuando relatamos ponemos de lo nuestro y de los otros...
En cualquier caso, y como dice Gloria, ese dios me parece poco serio, muy Pilatos no. ¡Hala! Tira una moneda a cara o cruz y él a lavarse las manos... Y que es eso de que ya todo existía cuando él fue creado.
¡Dios mío! (nunca mjor dicho!) no entiendo nada!!!!
Hasta la próxima,
Mar
Ardi, Dios no suele compartir secretos tan valiosos con nadie. Si te pasó la infomación es porque te necesita aquí en la Tierra para algo.
ResponderEliminarYa ves, todo lo que ocurre lo hace por una razón.
Me alegro de que lo pillaras ;P
Tierno e intenso a la vez. Como yo decía casi todo depende de nosotros,él es un simple árbitro.
ResponderEliminarEso de ver morir a una persona es algo muy duro; pero está claro que el morir es algo tan cotidiano como el vivir y forma parte de nosotros.
Me ha gustado mucho
Un beso
Desgraciadamente no elegimos el momento, pero si el Dios.
ResponderEliminarA veces es el Dios del Milagro, de la Compañía, del Amor, de la Vida, de las grandes y las pequeñas cosas.
Esas veces, ¡Que grande es el Hombre!
Besos y el relato me ha emocionado, por el Dios que llevas dentro.
Sabes Ardi, hace seis meses yo también estuve en un trance por una enfermedad que casi me cuesta la piel. Lo mio fue distinto, pero parecido. Aún hoy sigo dandole vueltas y sacandole conclusiones, porque si algo tengo claro es que fue una lección que debía aprender, y no quiero que se me pase nada por alto.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho leer tu caso, me ha parecido precioso y refuerza mi convencimiento de que si no es tu hora, se te advierte y se te da una segunda oportunidad para que luches con todas tus fuerzas.
Me ha enantado. Dices cosas interesante.
ResponderEliminarcada uno me da el aspeto que quiere.
mi poder onsiste en lanzar al aire la moneda del destino.
Existo si así lo decides.
El poder está en ti.
Todo eso existia cuando yo fui creado.
Es genial Ardillita. Pero habla mas con él.Tiene que estar extrañandote.Un beso
Ardi, es una historia muy conmovedora.
ResponderEliminarPero me parece muy cruel que nuestra vida o nuestra muerte sean cuestión de "echar la suerte"
Yo les doy más importancia...
Pero no entiendo, como se lleva a vida llenas de dias por delante y experiencias por vivir, y no dá descanso a otras que lo único que hacen es sufrir y durar...que no es lo mismo que vivir.
Estar, que no es lo mismo que ser....
Lo de la vida y la muerte es algo natural, paralelo, pero a veces igual de imconprensible y misterioso...
Me alegro que tu experiencia fuera positiva.
Un besito
Una experiencia personal e intransferible, parece sueño, parece visión o realidad, es tuya.
ResponderEliminarArdillita, quien más quien menos se ha enfrontado con ese momento, ese instante que se va una vida. Entonces las preguntas tienen respuestas personales e íntimas, no digo más. Ni ponernos en la piel del o la otra podemos.
Incontestable testimonio, besito.
Se me han saltado las lagrimas leyendote, amiga, es tan real, tan del día a día que me hace sentirme al lado de tu dolor y de tu fuerza.
ResponderEliminarUn beso y adelante
Eras tú misma la que te hablabas, tu fuerza interior y tus ganas de salir de alli, nuestra conciencia es como hablarnos mirándonos al espejo, algo difícil... los griegos le llamaban daímon (démon); el démon de cada uno susurra y pervierte nuestra mente para que veamos aquello que necesitamos en cada momento, yo lo llamo conciencia, urgencia de hablarnos a nosotros mismos...
ResponderEliminarMuy bello y duro, a la vez, tu relato.
Besos oliendo a pino fresco, llueve suave y cálido.
Hola Ardilla, menos mal que le hiciste caso y no le obligaste tirar la moneda. Así mucho mejor.
ResponderEliminarUn besazo enorme y continua con tus historias que hacen vibrar y sentir al leerlas.
el lio de Abi
Muy bueno amiga...
ResponderEliminarAsí es mas facil creer que existe Dios, pero sin poderes, que eso ya está claro viendo lo que nos rodea...jajajja.
Podía salir siempre cara cuando lanza la moneda.
Un abrazo.
He leìdo este relato con muchisimo interés. Y me imagino a esta gente que convive con la muerte de aquellos por quienes se han preocupado.
ResponderEliminarA ellos les toca, fundamentalmente que un paciente se haya mantenido en este lado de una lìnea divisoria.
Su Dios, cómo sería.
Tésalo
p0r circunstacias, has sid0 la ultima de la lista...
ResponderEliminarp0r circunstancias, eres la primera en mi recuerd0...
p0r circunstancias, n0 piens0 decirte nada mas que 0le 0le 0le 0le....
y p0r qu sí, para que te diviertas te invit0 a hacer dep0rte....el que quieras en el jueves...
quier0 que sigas expresand0teee
per0, esta vez, y a ser p0sible, en plan relaj0, en plan...haz dep0rte c0nmig0000000¡¡¡
un bes0
ah, y 0tr0
Ardilla.
ResponderEliminarTu testimonio me parece algo revelador. Particularmente, pienso que Dios vive en cada uno. Que nosotros podemos alimentarle o dejarle en un lugar oculto, tapado por otros anhelos.
Un fuerte abrazo y gracias.
El poder está en ti.
ResponderEliminarEl poder está en mi.
El poder está en todos.
Dios es con nosotros de esa forma.
Mi cariño y respeto por la fuerza que llevas dentro, por la esencia divina que nutre tu alma.
un abrazo y muy buen lunes!!!
Es curioso...buen relato.
ResponderEliminarCuando pasas al lado de la muerte y solo te sonrie y te dice "chao" te das cuenta que tienes fuerza y que eres muy vulnerable, que no es tan fea como la pintan, que existe un aspecto de la realidad que no conocemos llamados "milagros, fenómenos paranormales" que se yo...pongamos un nombre cualquiera a una experiencia así, el nombre no importa, el hecho existió, se dió, es inexplicable. Y me pongo a pensar que si estos hechos se dan es por alguna razón, si son juegos de nuestra mente o son realidades "alternas, paralelas" el caso es lo vivimos.
Alguna vez me di cuenta que solo te mueres si no luchas, cuando ya no puedes luchar es cuando llega la muerte, y si el cuerpo no da más la mente lo entiende (al fin y al cabo están juntos) luego pasaremos a otro estado, la energía no se destruye, solo se transforma, supongo igual ocurre con nosotros.
Te entiende una que pasó por circunstancias similares.