A mi se me ha ocurrido mostraros como es el entorno donde vivo en ese momento del año. A ver qué os parece.
Los colores de Noviembre
A medio camino entre mi casa y el centro urbano, hay un lago por el que suelo pasear. Es un lugar extraño. En verano es bullicioso, con gritos de niños, ronroneos de motos, risas de excursionistas...
Pero llegando el frio noviembre y sus lluvias, el lago se convierte en la catedral del silencio más absoluto. Transformado en un gran ojo que mira sin pestañear a un cielo gris y lechoso, le cuento qué sueño, qué pienso, qué me atormenta... Le muestro lo que estoy escribiendo y él me escucha sin alterar el gesto, sin reproches ni juicios de valor.
En el centro del pueblo, en la plaza de los arcos, los domingos se instala el mercado semanal, invadiendo todo de aromas y colores que se desprenden de los puestos. Como el de Thierry, el vendedor de quesos; o el de Margot, en el que se pueden encontrar especias de cualquier parte del mundo.
Llegando "La Toussaint" la plaza se engalana con el más vistoso y variopinto colorido. Se pueden ver mágicos tonos anaranjados por la extensa variedad de calabazas que ofrecen los agricultores cercanos, increíbles amarillos, tonos fresas y cafés de las mazorcas secas de maíz palomero, marrones de castañas y boniatos…
Sin embargo, el último domingo de octubre los reyes del mercado son los crisantemos. Lavandas, granates, púrpuras, rosados... De flor grande o pequeñita. En ramos, o en macetas, Melanie los expone en una esquina de la plaza para que el día 1 de Noviembre, no haya una sola tumba del cementerio sin flores que la alegren.
Noviembre es un mes bastante gris y triste. Llueve a menudo, hace frío, los días son más cortos… Pero nada que no alivie un buen té de jengibre con canela, una buena manta y una mejor compañía. Ya sea la de un libro, una película, o de alguien querido que te llame por sorpresa.
Más aportaciones para esta otoñal propuesta >>> Aquí
Con tus palabras nos has hecho viajar hasta Lisle sur Tarn, ¡aunque me encantaría poder ver sus paisajes en persona! Un rooibos cítrico, un albornoz y con la mejor compañía... así te leo ;)
ResponderEliminarUn besazo, Ardilla Roja
Un rooibos también es una muy buena opción, Dafne.
EliminarGracias por pasarte.
Nos muestras un colorido noviembre, lleno de agradables aromas entre vistosas flores y reparadoras infusiones que nos preparan para el frío y crudo invierno que nos espera! Un abrazote!
ResponderEliminarHola Marifé
EliminarDebido a sus colores Noviembre es mas amable.
Gracias por pasarte.
Feliz día, bonita. :-)
Este noviembre es lo más otoñal que podemos encontrarnos , esa gama de colores es el mismísimo reflejo de él.
ResponderEliminarNos hemos visto paseando por esas calle y deleitándonos con el paisaje , quizás un día podamos hacerlo no virtual sino real.
Un besote, feliz mes.
Estáis invitados a venir cuando querais. Campirela. Tenemos un museo del chocolate :-)
EliminarFeliz mes para ti también, un desito.
¡Pues vives en un sitio precioso! Me ha encantado empezar a descubrir tu blog con esta entrada porque hace unos días conocí la localidad de Die (más al norte) y vine enamorada de ella, tus palabras sobre el ambiente, el mercado...me la han recordado enormemente.
ResponderEliminarUn placer leerte, te sigo para no perderme nada.
Mi blog es ecléctico, pero me gusta mucho escribir.
Besos.
¡Hola Noelia! ¡Bienvenida!
EliminarCelebro que te traiga gratos recuerdos mi pequeño paseo por el pueblo.
Encantada de recibirte, vuelve cuando gustes.
Besos para ti también :-)
Hola Ardilla. Qué bien has narrado los colores de aquella melancolía que trae noviembre en sus latitudes! Por aquí también nos la trae, pero con otros colores. Un abrazo
ResponderEliminarHola Mónica. Es lo que ocurre viviendo en un planeta tan grande. Dependiendo en qué hemisferio vivamos vemos los momentos de colores distintos.
EliminarGracias por venir, bonita.
Un abrazo.
Entrañable relato muy evocador de esas sanas costumbres instaladas en nuestro subconsciente, que cada año repetimos como rituales. Es mejor así. Encontrar una paz interior que nos permita degustar cada día, aunque se trate de los grises y apagados días de noviembre.
ResponderEliminarEl enlace a mi relato, con el que participo es:
https://marcosplanet.blog/un-noviembre-diferente/
espero que te guste.
Hola Marcos! Nos hemos cruzado.
EliminarVengo de dejar mi comentario en tu relato.
Gracias por venir. Y por captar el sentido de mi texto. Eso siempre anima.
Al final es de lo que se trata, intentar encontrar lo bueno de cada momento. Haga frio, llueva, o el dia sea corto.
Gracias por pasarte.
Totalmente de acuerdo, nada que un buen té con canela no pueda relajar. Un abrazo
ResponderEliminar¿Verdad? Me encanta la canela. Una vez se la puse a las lentejas por error, pero a mis hijos les encantaron. Bauticé la receta, como Lentejas exóticas. jaja
EliminarGracias por pasarte.
Un abrazo.
Hola Ardilla, un relato lleno de color, noviembre es el mes de los colores por las connotaciones que el paisaje va cogiendo y si hay flores o árboles cerca o un lago como tú cuentas, entonces los colores se disparan. Como dices, es gris, pero puede tener muchos colores dependiendo del cristal con que se mire (tal como has hecho tú). Buen relato.
ResponderEliminarUn abrazo. :)
Envidia sana me das, yo que bastante a menudo me escapo a Ceret un pueblo parecido al que describes. Me ha entrado una añoranza tremenda, de ese mercado lleno de colorido. Gracias por sumarte, besos.
ResponderEliminarGracias a ti, Inma. Al principio le tuve miedo al reto, pero al final siempre sale algo.
EliminarEstais todos invitados a visitar mi pueblo. Aunque esperaros a primeros de Junio. El lago está precioso con los lirios de agua que lo rodean. Y el mercado tendrá otros colores, pero igual de llamativos.
Besos.
Un relato emotivo y cercano que describe un lugar muy bello. Dan ganas de llamar a la puerta y compartir un té y una buena conversación. Un abrazo!
ResponderEliminarEstáis invitados, Lady_p
EliminarTengo variedad de infusiones y te.
Y café y también chocolate jajaja
Gracias por pasarte.
Un abrazo.
Cada mes tiene sus colores como señas de identidad y tambié como has dejado demostrado sus sabores culinarios, un repaso a sus fías que despiertan las sensaciones gustativas.
ResponderEliminarGracias por tu entrada que me ha ayudado a ver de otra manera al otoño.
El otoño como todas las estaciones, son bonitas o no lo son, según se quieran ver. Y como siempre decía mi abuelo que era pobre, aunque muy sabio: "Para ver cosas, nada como estar vivo". No hay más.
EliminarUn abrazo, Tracy
Bravo por ese recorrido, mostrando aromas, colores hasta el humito calentito del té, invita todo adentrarse por ahí, el nuestro siempre esta a la puerta del verano. Eso es lo lindo de esto que se pueda compartir vivencias distintas.
ResponderEliminarUn abrazo ardilla,
Hola, Cecy
EliminarQue bueno que aprecies cada detalle, incluso el humo que no se menciona. No imagino un noviembre en primavera, aunque no me importaría vivirlo alguna vez.
Gracias por pasarte, linda.
Un abrazo.
Me encantan esos mercados, el colorido de las frutas, los olores y los vendedores ofreciéndote sus productos. Otoño es una bella estación y la describes muy bien.
ResponderEliminarBienvenida, Cristina:
EliminarOtoño es una estación preciosa, es verdad. Y mi enorno me regala vistas divinas que me gusta compartir.
Gracias por venir y tu amable comentario.
El lago debe ser espectacular en esta época. imagino el silencio que nunca experimentamos los de Ciudad.
ResponderEliminarAunque el de la parada de los quesos tampoco pinta nada mal.
Nos has transmitido un retrato muy fidedigno y real, tanto del lugar como del ambiente.
Abrazoo
abrazooo
Hola Gabi:
EliminarEl lago es espectacular en todas las épocas. En primavera al gran ojo como yo le llamo le salen largas pestañas de lirios de agua amarillos. Dura a penas unas semanas pero es precioso. Empiezan a salir patos con sus crias de sus nidos secretos y todo bulle de vida. Y lo más espectacular, son las bandadas de garzas que tienen el lago registrado en su gps como punto de reunión. Este es un pueblo pequeño en el que se ven cosas muy bonitas.
Gracias por pasarte y tu amable comentario.
Un abrazo también para ti.
Hola Ardilla, eres nueva para mi. Ya hacía tiempo que no participaba, por estar más ocupada. Vives en un entorno deseable, todo un privilegio. Estoy descubriendo tu blog y poco a poco me pondré al día. Has descrito muy bien los colores del otoño, mi estación favorita, con sus frutos y días variables.
ResponderEliminarCon tu permiso me quedo aquí.
Un abrazo.
Bienvenida a mi blog.
Hola Franconetti. No soy tan nueva. Este blog es del 2007 y participé en los inicios de los relatos de los jueves. De aquella época solo quedamos Mónica, del blog Neogéminis y yo. Lo que ocurre es que he estado inactiva muchos años y al volver no me conoce nadie jaja Vivir tiene estas cosas, que a veces no podemos con todo.
EliminarBienvenida, vuelve cuando gustes. Este es un árbol de ramas abiertas.
Nos iremos viendo. Un abrazo.