Mi padre preparaba el taladro, no era la mejor hora del día para las tareas de bricolage; pero trabajaba de sol a sol y aprovechaba esos momentos previos a la cena para colgar algún cuadro, ponerle un parche a la bici, o engrasar sus herramientas. Mi madre, con la compañía de la radio pelaba patatas, empanaba filetes o batía los huevos para una tortilla.
Tal vez fuese un jueves, no lo recuerdo, sí los temas que sonaban en la radio en las primeras horas de la noche. María Matilde Almendros anunciaba canciones como "El Emigrante" de Juanito Valderrama, "Mirando al mar" de Jorge Sepúlveda, "Niña Isabel" de Bonet de San Pedro, o "Angelitos negros" que cantaba Antonio Machín; el programa se llamaba "España, para los españoles".
Ocurrió por sorpresa. Mi padre abandonó el trabajo y llamó a mi madre:
—¡Nena!, ven un momento.
—Estoy haciendo la cena ¿qué quieres?
Sin mediar más palabras la agarró por la cintura y al compás del pasodoble que Manolo Escobar entonaba en ese instante, bailaron en el angosto pasillo que separaba la cocina y el salón de las habitaciones.
"Mi jaca, galopa y corta el viento
cuando pasa por el puerto,
caminito de Jerez"
cuando pasa por el puerto,
caminito de Jerez"
Seducida por aquella visión, los miraba desde la puerta de mi cuarto esperando que la canción no acabase nunca. Fue la primera vez que vi a mi padre tan contento, festivo, relajado... Felicidad en tres minutos, el tiempo de un pasodoble.
Ardillita !salve! me admira tu delicosa capacidad para devolver vivencias del pasado convirtiéndolas en algo fresco, vivo, auténtico. Niñez, familia, recuerdos.
ResponderEliminarComo tú me veo niña al lado de la radio escuchando a "Matilde Perico y Periquín" o al "Taxi Driver" o al "Zorro".
Como si viera ese instante, tus padres, feliz pareja, bailando al son de "mi jaca..."lo veo ardillita. Besitooos.
Ah! Qué sonrisa me has dejado.
ResponderEliminarMi padre le pellizcaba la mejilla y le decía: "Qué guapa eres, mamaíta."
Yo les miraba embobada...
recordares traer algo a la memoria.
ResponderEliminarSoy incapaz de recordar la voz de mi abuela y mira que la quería.
De entre millones sabría distinguir su voz
pero soy incapaz de recordarla
Una canción me trae escenas, un hecho o mil sucesos, pero no su voz
Puedo recordar su olor y la ropa que vestía
Pero no puedo traer el sonido de sus palabras
Bella entrada
besos
La felicidad se parece mucho a esos momentos, Ardi. Ver a alguien a quién amamos féliz, es nuestra felicidad; y la música, sin lugar a dudas, proporciona esos "deliciosos bocados" de Vida :)
ResponderEliminarMe alegro de volver a leerte.
Un abrazo.
Desgraciadamente nuestro aparato de televisiòn monopolizó mi infancia... no habido historias en mi casa en torno a una de esas audiciones, por lo tanto.
ResponderEliminarPero si en los autobuses, en los recorridos largos en un automóbil... y eran precissamente esas, las canciones.
Bonito, bonito recuerdo, y contado bonito, como marca de la casa.
ResponderEliminarY lo bueno que tienen los recuerdos bonitos, que nadie puede arrebatártelos.
Un beso.
El destacado papel que la radio ha tenido en al vida de tantos en años no muy lejanos es tema que justifica más de un jueves!..la música como compañía y descarga de los sinsabores y rutinas de la vida cotidiana...qué buen aliciente a la hora de compartir momentos que serán inolvidables!
ResponderEliminarUn abrazo.
En dos segundos he leído he escuchado una música radiante.
ResponderEliminarUn beso, Catalina.
Tienes un regalo en mi casa.
ResponderEliminarBesos
Hola, Ardilla.
ResponderEliminarY los filetes esperaron pacientemente a ser empanados...
Una bonita anécdota que me ha hecho recordar vivencias parecidas en mi lejana infancia. Me gusta mucho la forma en que relatas.
Un abrazo.
Maat
"Nena, le decía loco de pasión"
ResponderEliminarTambién con Sarita, bailaban nuestros padres.
Que escena cotidiana tan divertida y estimulante, mientras queden ganas para bailar lo de la Jaca en el pasillo, hay puertas abiertas a la vida y al cariño.
Besos, Ardi.
Hermosa postal.... Yo le pondría la música de Valsinha de Chico Buarque, iba leyendo tu relato, y esa música sonaba en mi cabeza.
ResponderEliminarUn momento muy especial sin nada especial: magia pura,de la buena
besos
Ardi,
ResponderEliminar¡qué hrmoso recuerdo nos dejas aquí!
Mis padres arrancaban a veces a bailar cuando estaban en casa los dos. Me lo has hecho recordar.
Celebro que guardes ese bello rcuerdo.
Bien descrito y narrado. Es una auténtica fotografía.
Besos
Porque todos lo llevamos adentro,unos mas demostrativos que otros y cuando nos sorprende descubrirlos,realmente nos place,mas aun,cuando son personas especiales.
ResponderEliminarcariñitos
Desde luego hay temas que nos marcan para siempre, y nuestra juventud estuvo marcada por estas canciones, que siempre las tendremos en nuestro corazón.
ResponderEliminarUn beso
Que ritmo tiene el baile de tus recuerdos, que ventana privilegiada esa de la niñez para ver la felicidad.
ResponderEliminarUn beso
Jolines, qué bonita escena. Es una maravilla ver a tus padres bailando, dándose un beso y expresándose lo que se quieren. Gracias a Dios los míos (mi padre es cariñoso y besucón) de vez en cuando lo hacen y yo me alegro un montón. Y siento envidia porque no sé si yo seré capaz de vivir tantos años junto a una persona enamorado como el primer día o incluso más, manteniendo viva esa llama del amor. Un abrazo!!!
ResponderEliminarHola Ardila
ResponderEliminar¡Que bonitos recuerdos!
Tengo también muchos recuerdos alrededor de ese mágico aparato que nos acompañaba constantemente en nuestra infancia, pero tu los has descrito con maestria
Un beso de Mar
vivi esa musica
ResponderEliminarla tengo en mis recuerdos
me gusta esa musica...
pero...maldita sea, ardila¡¡¡...pero me falta esa escena entre papa y mama...
¿me la prestas?
medio beso.
Hola Ardilla, me has devuelto a la infancia con Maria Matilde Almedros y España para los Españoles, uno de esos programas que escuchaba mi padre, gran aficionado a la radio y que me pegó a mi sin pretenderlo.
ResponderEliminarUn besazo
el lio de Abi
Como siempre, consigues hacerme llegar al corazón tu relato. Y esta vez mientras lo leía, acudían a mi mente escenas de cualquier película de mi infancia sobre inmigrantes. Trabajando de sol a sol, lejos de su tierra y de los suyos, con apenas tiempo para dedicar a la mujer y los hijos y disfrutando de un pequeño momento musical, a través de la radio, que le transporta a sus raíces y a su esencia por unos instantes.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Besitos Ardi.
Ainsss ardillita, que relato más bonito, me ha provocado una sonrisa de oreja a oreja. :D
ResponderEliminarAbrazoss
Ardilla, que recuerdo tan bonito, tan tierno tan imborrable el de tu entrada, cuando el disco duro de un niño graba todo a fuego, lo bueno y lo malo, es maravilloso poder recordar y describir como tú lo has hecho, ese momento de felicidad del que fuiste testigo y que augura los felices sueños de un niño.
ResponderEliminarYa es martes y no quiero ponerme con el relato del próximo hasta no haber leído todos los del “jueves de música”, espero verte el próximo jueves, porque en verdad da gusto leerte.
Un beso grande.
Me traes recuerdos y conozco toditas las canciones esas... jajjaaj, cosas de la edad.
ResponderEliminarUn hermoso relato además de esa realidad que te traen los recuerdos mientras sonries.
Un abrazo.
Precioso, Ardi. Precioso relato. Yo lo hubiera dejado en el pasodoble y que el lector le añada el resto.
ResponderEliminarBesos de ventana a ventana.
He subido tu cuento como hacemos todas las noches la página "El club de los incultos", me parece entrañable.
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