¡BIENVENIDO!

Bienvenido a mi árbol. Deseo que te sientas a gusto en cada una de estas ramas y disfrutes leyendo, tanto como yo al escribir. Aquí encontrarás relatos, poemas, experiencias diversas y mis frases favoritas. Eres libre de opinar, comentar, sugerir o criticar, siempre que lo hagas con respeto.


Escoge tu lengua

viernes, 27 de febrero de 2009

Su café


Tras un escueto “buenos días” dejaba unas monedas sobre mi mesa y se dirigía al despacho del director. La primera vez, no entendí el significado de esa acción y no supe qué decir. Pensaría que ya me habían puesto al corriente, pero fue Teresa, mi compañera de despacho, la que me dijo en ese instante que ese hombre era el gerente que venía a ver al director un par de veces al mes y que esas monedas eran para ir a buscarle un café con leche y azúcar. 

Yo apenas llevaba una semana en la empresa y estaba contenta de que por fin, iba a trabajar en algo para lo en teoría me había preparado. Iba a recibir un buen sueldo, tendría mejor horario que en mi trabajo anterior y se trataba de una empresa perteneciente a una multinacional importante cuyo nombre obviaré. Nadie me advirtió en la entrevista previa, que ocasionalmente tendría que hacer de camarera del gerente, pero como he dicho, llevaba poco tiempo en la empresa y no quise hacerme notar. Tomé las monedas y sin mucho entusiasmo, cumplí con ese “deber” heredado de mi predecesora. 

El gerente era como un pepinillo antes de ser macerado en vinagre. Pequeño, amargo y sin gracia alguna. Me irritaba verlo tras la encerada mesa de madera de cerezo esperando ese café con leche de la mañana, que sin mucho esfuerzo podría haber sacado él mismo de la máquina, pero aún más, que se precipitase a verter el contenido del sobrecito del azúcar en el vaso sin levantar siquiera la vista para darme las gracias. 
Esa especie de ritual se repetía en cada una de sus visitas. Yo le dejaba la taza de café con leche sobre la mesa, y él emitía una especie de gruñido a modo de gracias, que me hacía salir de allí pensando en cosas agradables para olvidar pronto su cara. 

Cierto día, al pasar junto a un cuadro de espejo, regalo de un proveedor agradecido; vi como daba sorbos a su café con los ojos clavados en el sacro lugar en que mi espalda termina su nombre. En ese momento no supe qué me sentaba peor, si saber sus ojos posados en mi trasero o tener que hacer de camarera para él.

Llegando a mi mesa, planeé una especie de reintegro moral que me cobraría cada vez que tuviese que ir a buscar su café. Decidí, que le ahorraría la molestia de introducir las monedas y pulsar el botón correspondiente en la máquina expendedora, a cambio de ser yo quien eligiera cómo se lo iba a tomar.
-¡No te atreverás! exclamó Teresa, abriendo los ojos como platos cuando se lo dije. -No quieras apostar-, le contesté. 

En la siguiente visita, se repitió lo mismo de siempre. Un forzado “buenos días” al entrar y la puesta de monedas sobre mi mesa. Me levanté de la silla decidida a hacerle pagar su tributo. Al regresar con el café con leche, me detuve frente a la mesa de Teresa y ante su incrédula mirada, vertí en el vaso hasta la última gota del líquido claro y ligeramente alcalino que secretaron mis glándulas salivares durante el trayecto.

“Que siente bien” le dije al dejar el café sobre la mesa. Bebió hasta el último sorbo sin notar la diferencia pero yo salí del despacho con el ánimo totalmente renovado. 

23 comentarios:

  1. Primeeeeee!!!! jajajaja
    Chica, que venganza más estupenda, no te creas que no me han entrado ganas alguna vez...
    Ahora que lo pienso, creo que alguna vez.....
    Mejor no lo cuento, jejeje

    Besotes y ronroneos... sin acritud

    ResponderEliminar
  2. SEGUNNNNNNNNNNNNNNNNNNN.JEJE
    HE DE COMENTARTE AQUI,ENTRE NOSOTRAS QUE ESO LO HACIQ A DIARIO CON UNA JEFA APESTOSA QUE TENIA.¡¡Y SIEMPRE DECIA QUE ESTABA EXQUISITO!!JE,JE.
    BESINES.

    ResponderEliminar
  3. Tenía entendido que eso lo hacían las camareras con los clientes que no le gustaban, pero de las secretarias no estaba enterado.

    No sé si es lo aconsejable, pero suele ocurrir: más tarde o más temprano uno logra lo que se merece, sobre todo cuando se trata de desprecios.

    Bikiños

    ResponderEliminar
  4. En el Bosque Antiguo te he contestado más ampliamente, pero he venido hasta aquí sobre todo para que no dejes de decirle a la niña que el hada de los tiempos le envía muchos besitos desde su bosque, y que le desea que todos los seres mágicos le traigan siempre mucha suerte y felicidad. Lo mismo deseo para ti, ardillita, porque te hemos cogido un cariño enorme. Eres una criaturita adorable.

    ¡¡¡Muchos besitos y que tengas un día precioso mañana, cielo!!!

    ResponderEliminar
  5. Que bueno,pensaba que le serviria el café con 10 pastillas de sacarina pero ha sido mejor.Gracias por tu visita y tu comentario.Yo tengo un hijo de 17 años,se llama Lorenzo, una niña de 10 Andrea y otra de 5 Valentina.Un saludo madraza.

    ResponderEliminar
  6. Has contado tu historia con pasión, y me ha gustado. Pero no sé por qué razón, o sinrazón, me resulta atractiva la historia no narrada del gerente, tan sólo perfilada a través de sus malas acciones. A mi me encantaría contar la vida de un tipo así.

    ResponderEliminar
  7. jajjajaja,

    V de Vendeta parece esto. jaja, me he reído y todo,

    Por cierto, george moustaki me gusta, y me ha salido y me ha sorprendido gratamente. gracias otra vez.

    Un beso

    ResponderEliminar
  8. Estos jefes que se creen que seguimos en la época feudal donde hay que rendirles pleitesia. De todos modos, si te miró ahí sería porque le gustó lo que mostrabas,en el fondo seguro que admira lo bello, jaja. El salibazo lo mismo formó una forma caprichosa en el café, la admiró justo antes de tomar hasta el último sorbo. Que se j... piiiii. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Cuéntalo Perlita, cuéntalo!!!
    Gracias por venir, guapa.

    Shere, aquí entre nosotras, creo que todas las secretarias lo hemos hecho en algún momento de rabia.

    Xose, nunca se me ocurrió hacerlo. El verano que trabajé de camarera en un bar, se me caían las copas sobre los clientes pulpo jaja.
    Gracias por el comentario.

    Hada, los peques están encantados. Sobretodo la mayor que es de la que te he hablado.
    Gracias :)

    jajaja Marina, eso también estaría bien, pero se hubiese dado cuenta y la saliva es gratis. Yo dos. 20 y 12. Ya se cantan solos. Gracias por la visita :)

    Hola Serio :)
    Tipos así hay a patadas.
    Te digo lo mismo que me dijo Ramón Alcaraz. No digas me gustaría y cuéntala. Será interesante conocer el punto de vista del gerente.

    Hola Juanma :) Algo así. Creo que te pasa como a mi. Somos de risa fácil jajaja

    Moustaki es perfecto para según que momentos.

    GRACIAS a tod@s por venir.

    ResponderEliminar
  10. jajajaja Hola Cesar. Estaba contestando a los otros cuando has escrito.

    A ver, yo no mostraba, estaba hecha así jajajaja No, en serio, puedo entender que lo hiciese porque otros también lo hacían. Pero ya sabes... la misma acción puede o no gustar dependiendo de quien venga.

    Gracias por el comentario.

    ResponderEliminar
  11. jajajaja pues yo estoy en el mejor momento para hacer eso,tengo un resfriado...
    Servicio completo, si señor.
    Un abrazo Ardilla con cariño.

    ResponderEliminar
  12. Humanos!! Nunca me ha tocado nadie así, y no sé si sería capaz de hacerlo, pero vamos, un bravo para tí y tu valor. Yo pensaba tirárselo por encima, pero esto es más "refinado".
    Tu antecesora también tenía buena trasera? es que igual no le gustaba el café...
    Besitos

    ResponderEliminar
  13. hola, soy nueva por aquí rn tu espacio y la verdad que es muy lindo, especialmente estña anecdota. le diste su merecido y fuiste buena, podría haber sido peor, te seguiré leyendo
    un besito =)
    elisa

    ResponderEliminar
  14. Hola Alhena. Mujer a tanto no quise llegar jajaja


    Mari Carmen Yo también lo espero, por eso no nombro la multinacional.

    Hola Lola A grandes males, grande remedios. O algo parecido.

    Hola Elisa: Bienvenida al árbol de Ardilla Roja.

    Gracias a tod@s

    ResponderEliminar
  15. Ardillitaaaaaaaaa! eso no se hace!! Bueno... admito que me ha gustado la historia y cómo la has contado... pero alguien tiene que detener el tren y llamar la atención, cierto? jejeje

    Con razón obviaste el nombre de la empresa, bien hecho, no sea que algún carde loco hubiera recurrido a la extorsión para que escucharas sus sermones jeje

    A propósito, hoy no quiero café... es que hace mucho calor!! jajaja

    Bendiciones con todo mi cariño, eres única!!

    ResponderEliminar
  16. Hola Ardilla,
    Olé mi artista!...Ya sabes que soy una seguidora de tu trabajo.
    Este relato es un buen ejemplo de lo que muchos tipejos se merecen. Tener un puesto por encima, no es sinónimo de ser esclavo.
    Tu heroína ha hecho lo que debía (hala...qué guerrera estoy!!...ni caso ;) )
    Un abrazote de corazón y buen finde

    ResponderEliminar
  17. Cardenal ya sabía yo que algún tirón de orejas me iba a llevar por su parte. Mal clérigo sería si no jajaja


    Lujo: lo sé. Seguidora y de las mas fieles. Te estoy cogiendo mucha afición y el día que no vengas te echaré de menos.

    Muchas gracias por vuestros comentarios.

    ResponderEliminar
  18. Jejejej, qué traca, niña!


    Voy a acabar por los suelos!

    Abrazose

    ResponderEliminar
  19. ay chiquilla que panza de reir, na que te convertiste en chica para to lo decente, me suena a mi eso, pero jamas se me ocurrio una venganza asi, sera cuestion de probarlo...besos chata

    ResponderEliminar
  20. Jajajajajajaa ay...

    Planchando camisas... uso menos vapor

    ResponderEliminar
  21. Ah Carmina, si yo contara... Bueno y puede que otro día lo haga.

    Absenta!! Tu me conoces un poquito mas que el resto. Ya sabes que soy buena hasta que me canso de serlo jajajajaa

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  22. El gerente (versión de sábado por la tarde)

    Los jóvenes de hoy no valen nada. En mi época hacíamos lo imposible por hacernos notar. He llegado hasta aquí porque lo he dado todo a la empresa: mi tiempo, mi felicidad; pero he triunfado. Poseo una esposa de belleza envidiable, apresada entre tarjetas de crédito infinito. No confío en ella, faltaría más, pero la exhibo a mi antojo. Poseo una hija encantadora, cuyo cariño consigo con regalos más caros cada día, ¿qué más puedo hacer?, así es el mundo en que vivimos.

    Cuando comencé en la empresa descubrí al instante que sólo se salvan los que tienen carácter, los que imponen su opinión. Mostrar mi valor fue la primera inversión que hice en la vida. Es arriesgado, pero no existe otro camino hacia el ascenso. Es tan simple, además. Los jefes tenemos un único método para distinguir a los que valen: humillándolos. Sólo la milésima parte de los empleados sabe responder a esta prueba. Mira la nueva chica, lo ha tenido todo en la vida: educación, seguridad, una belleza de ardilla silvestre que me recuerda a mi esposa inaccesible. Pero es incapaz de apostar por su futuro. Trae con sumisión el café hasta mi mesa, como la mayoría. Sin embargo, no tiene nada que perder: puede darse el lujo de escoger dónde trabajar. En mi época esto era imposible. Recuerdo que escupía cada mañana en el café de don Gervacio. Era la única forma de calmar mi ira. Pero estos jóvenes de hoy no son capaces ni de eso.

    ResponderEliminar
  23. Dulce venganza ;-) Buen relato, me ha gustado y hecho reir a gusto.

    ResponderEliminar

Gracias por tu tiempo y tus palabras


Salvar los bosques, es salvar el clima

Combate la deforestación. Ayuda a Greenpeace

Home (Casa) - una película de Yann Arthus-Bertrand

Aprovechando la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, el 5 de junio del 2009 se estrenó el largometraje documental “Home”, una producción que se filmó durante año y medio en 54 países, y que muestra imágenes aéreas de la degradación de la Tierra a causa de la actuación humana sobre el planeta.

Pincha la imagen para ver el vídeo

Planeta Tierra, Siempre

Tal vez ya lo conozcas, pero si no, emplea unos minutos en ver esta maravilla de video, de The Secret Tv. Tendrás la sensación de volar y entenderás por qué es posible que seres de otros mundos visiten nuestro planeta. ¿Acaso no es el mejor sitio para vivir?