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domingo, 18 de enero de 2009

Su nombre no es Viagra

La tarde cae… el tiempo discurre despacio desgranando los minutos como si fuesen hojas y junto al kiosco de los helados, alguna paloma solitaria picotea restos de pan aquí y allá. Sentado en un banco de esta plaza, dejando fluir hasta la más oculta y secreta de las esencias que pueblan mi mente, escribo...


Igual que llega la enfermedad, de forma inevitable y sibilina, penetró en mí el que ha resultado ser el sentimiento más fuerte y poderoso que jamás he vivido. Mi difunta nunca lo supo, o nada me hizo sospechar lo contrario, pero lo cierto es que iniciado el ocaso de mi vida, cuando uno ya está de vuelta de todo y sin pretenderlo, me enamoré como un adolescente de Carolina, la florista.

La veía a través del cristal del escaparate cuando pasaba por la acera. Su piel se adivinaba tersa como la de los albaricoques en el punto exacto de madurez  y su cuerpo se intuía lozano y fresco como la hierba verde. El perfil de sus labios recordaba al arco de Cupido y sus ojos, del color de la albahaca, eran dos balcones que al mirarme, causaban en mí un vértigo que apenas podía controlar.

La amaba en silencio cada tarde. Sentado en un banco del parque, la veía acomodar las plantas y los ramos que había expuestos en el exterior. Incluso con aquel delantal verde con ribetes naranjas era capaz de eclipsar la hermosura de rosas, margaritas, gladiolos y otras flores exóticas de singular belleza.

Alguna vez, a fuerza de verme sentado en el banco o cruzar por delante de la tienda, me saludaba dibujando con la perfección de su boca, una bonita sonrisa. Y yo la veía como lo que era… una diosa inalcanzable y prohibida para mí, pero un día no pude seguir evitándolo y como el enfermo que acude a la farmacia en busca de su remedio; tuve que ir a la tienda.

-Buenas tardes, ¿qué desea? Me preguntó sonriente al verme entrar.

Sentía la sangre palpitar en mi garganta y temía no poder hablar, pero fue ella misma quien solventó ese pequeño contratiempo al continuar diciendo: - Y qué se puede buscar en una tienda de flores, ¿verdad?... Tenemos cosas muy bonitas. Las rosas rojas y los iris los hemos recibido esta mañana…- Yo la miraba deslumbrado mientras ella seguía hablando de orquídeas Vanda y otras exquisiteces florales. Y la fresca calidez de su voz proyectándose entre aquella mezcla de fragantes aromas, produjo en mi un inusitado efecto sedante; consiguiendo así, terminar con la ansiedad que tenía por el mero hecho de estar cerca de ella.

-… Si quiere algo especial como una rosa azul…- prosiguió, … podemos tenerla en veinticuatro horas, aunque tiene que saber que son un poquito más caras que las otras.

Convencido de que no había dinero que pudiese pagar la flor que yo necesitaba, le sonreí. -Se habrá dado cuenta, le dije …de que cada día paso por delante de esta tienda y cuando voy al parque me siento en el banco que queda justo enfrente. Llevo tiempo preguntándome, si la flor más bonita que hay en ella aceptaría al menos tomarse un café conmigo.

Con esas palabras, acababa de ofrecerle abiertamente y de aceptar yo mismo, mis sentimientos. En ese momento no le dije mi nombre, porque a fin de cuentas ya nos conocíamos. Ella era Carolina, la dueña de la floristería y la mujer que me había robado el corazón y yo no era más que un viejo chocho que pasaba por delante de su tienda cada día.
La respuesta no se hizo esperar. Mientras se quitaba el delantal y le hacía una seña a un joven que pulverizaba unas plantas verdes, para mi sorpresa contestó: ¿Puede ser ahora?

Compartimos apenas la brevedad de un café, pero esa tarde dio inicio a los que resultaron ser, unos de los días más felices y enriquecedores de mi vida. Vivíamos nuestra secreta relación en la eternidad que otorgaba el tiempo que podíamos estar juntos y la primera vez que hicimos el amor, a escondidas en el baño lloré como un niño. Uno ya no tenía el vigor de los veinte años, pero ella, mi diosa clandestina, en la plenitud de su vida consiguió despertar en mí emociones que creía muertas.

Cuando Consuelo que en gloria esté, enfermó, dejamos de vernos por expreso deseo de Carolina. Pensó que debiendo estar más presente en mi casa, lo mejor era dejar nuestra relación en una especie de stand by sin fecha de expiración. Decía que le parecía inmoral estar conmigo mientras Consuelo luchaba por su vida y que lo más justo para con ella, era quedarse al margen.

Acepté su voluntad sin alegatos conociendo el riesgo que a pesar de todo conllevaba. Yo estaba seguro de que mi amor por ella no tenía límites y ella también decía que me quería, pero es sabido que la distancia consigue muchas veces marchitar una relación hasta hacerla perecer.

En este punto de la historia, puede parecer que eso fue lo que ocurrió, pero no ha sido así. Carolina, la mujer más generosa que yo he conocido, mantuvo conectado ese hilo secreto e invisible que une a los amantes y pasado el tiempo prudencial que requería socialmente mi nuevo estado civil, aceptó venir a vivir conmigo.

Mis amigos, los que me quedan, me preguntan en ocasiones qué médico me asiste y si tomo algún complejo vitamínico para estar tan vehemente y enérgico. Tal vez un día les desvele mi secreto y les cuente, que el compuesto que me tiene así, aunque tiene nombre de mujer, no se llama Viagra ni lo venden en farmacias, si no que lo encontré en una floristería.


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22 comentarios:

  1. TE DIGO LO MISMO QEU TE DIJE EN LA OTRA CASITA,ES GENIAL , ME ENCANTO , DEL VERBO ENCANTAR¡¡¡¡¡¡¡¡¡
    UN RELATO QUE VA DESDE LA DULZURA , EL AMOR, DE LOS FUERTES , HASTA ESE FINAL MARAVILLOSO¡¡¡¡
    UN ABRAZO, ME ENCANTO LEERLO

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  2. AAAAAhhhhhhhhh¡¡¡ Creo que me he enamorado de Carolina¡¡¡¡¡¡¡¡

    No encuentro adjetivos para decirte lo que me ha parecido este relato. Quizás te puedo decir que la sonrisa me llega hasta las orejas, para que te hagas una idea. :)

    Un beso y una rosa azul.

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  3. ¡¡Año nuevo blog nuevo¡¡ Jaja.
    Me encanta tu nueva casa, es como muy luminosa y despejada.
    Lo que me pregunto es cómo algunos compañeros del Desván te han encontrado antes que yo. Mmmmm.
    Ah, el relato también me ha gustado, sobre todo eso tan cursi pero tan bonito que le dice cuando por fin se decide a invitarla a salir.
    Un beso.

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  4. bueno, qué agregar!...entre la música que me ha acompañado la lectura y que en el preciso momento de acabarla también se detuvo, sólo resta decir que me he quedado entre nubes, suspirando y con un agradable aroma a flores frescas.
    Qué más se puede pedir?
    Precioso todo!

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  5. Ardilla!!!!

    Se me estàn cayendo las làgrimas..que hermosa historia de amor...amor verdadero....porque Carolina se pudo ir, y sin embargo eligiò esperarlo..

    Me recuerda tanto a una historia familiar..gracias por compartirla ardilla!!!


    Y mil perdones por mis demoras...estoy con mucho tarbajo y me escasean los tiempos, pero ten por seguro y por cierto que no te olvido!!!!

    Besotes!!!

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  6. Silvia, eres un celito. No hacía falta que también me lo dijeses aquí, puesto que el relato es el mismo, pero te lo agradezco.

    Sinhué: Tu eres otro cielito. Muchas gracias:)Comentarios como el tuyo me animan a no dejar de escribir o por lo menos intentarlo.

    Teresa: ya sé que puede parecer cursi en algunos párrafos, pero no hice mas que transcribir lo que me dictaba la voz del protagonista.
    Gracias por tu comentario :)

    En cuanto a tus compañeros del Desván, eso mismo me pregunto yo. Cómo puede alguien dar conmigo, antes incluso de que hubiese publicado nada. Misterios del cibermundo :)

    Gracias Neo: Me alegra poder corresponder de alguna manera, a los buenos ratos que paso leyéndote. Gracias por tu comentario :)

    No llores Ly, que no es lo que se pretende. Es una historia con final feliz!!! Gracias por venir.


    Besos a todos :)**

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  7. Ostris, pero qué relato tan bonito...
    A mi me invitan a un café así, y me voy con delantal y todo...
    Si es que el amor es impredecible.

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  8. Hola Perlita, a un café así no puede negarse nadie!

    Gracias por venir :)

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  9. gracias ardilla por tu apoyo..en realidad son mis fantasmas del pasado que de cuando en cuando me viene a visitar..pero hoy al levantarme me he dicho que ya basta de tanto dolor ..que voy a ser yo y a quién no le gusteya sabe....
    Gracias por tus palabras.
    Shere

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  10. Hola Shere, me alegro de verte.

    Y si, a quien no le guste que mire para otro lado, faltaría mas. A ver si hemos de vivir con el ombligo encogido por miedo a lo que piensen otros. Al fin de cuentas, si se miran las cosas con las gafas de ver bien, todo puede tener un buen final. Mira el protagonista de mi relato, ¡¡quién le hubiese dicho que al final de su vida iba a conocer a la mujer que le cambió la vida!!

    Un beso grande :)

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  11. En esta ocasión te has salido del tiesto. Tus relatos me enamoran siempre, pero este ya es la guinda.

    Me emociono siempre que te leo, y recibo los olores del ambiente, los ruidos, los colores, y también los sentimientos

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  12. No había dejado mi firma

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  13. Que historía de amor, mas bonita, yo como Sinuhé, tengo una sonrisa de oreja a oreja, cuando leo estas historias, creo que todavía puede pasar que yo tambien tenga la mia.
    Petonets

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  14. Hola Alparcero, bienvenido :)

    Sé los esfuerzos que haces últimamente para poder seguir mis pasos. No es tarea fácil seguir a una ardilla que escribe, y que salta de rama en rama, hoy en un árbol y mañana en otro; por eso agradezco doblemente tu comentario.

    Espero que no sea la guinda, porque eso significa que la tarta está acabada y presiento que me quedan muchas cosas que contar.

    Muchas gracias, siempre. Por tus palabras, tu fidelidad demostrada a lo largo de ya varios años y por supuesto, tu amistad.

    Que se sepa… te quiero.


    Irlanda: ¿Y por qué no? El azar mueve hilos invisibles y quién sabe lo que te tiene preparado :)

    Gracias por venir y por tu comentario. Un beso

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  15. Vengo a dejarte mis gracias por estar cerca mio..y por tus palabras.

    Claro que nadie debe pagar lo que otro me hace, simplemente yo me paralizo...pero trato de mantenerme cerca!!!!

    Besotes de viernes..TQM!!!

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  16. que bonito lo que es escribes y lo que dices.

    J.O.G

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  17. Lo primero: felicitarte por tu nuevo árbol, más bonito y luminoso.

    Lo segundo: felicitarte por tu bonito relato de amor otoña. ¡Quién pudiera vivir algo así!. Con todo, si yo supiera escribir le hubiera puesto un final menos feliz. Pero para eso estan los gustos.

    Besos.

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  18. Tal vez sea un final demasiado feliz, pero para pasarlo mal, ya tenemos la cruda realidad. Deja que por lo menos los personajes de ficción puedan ser felices :) Como tu dices es cuestion de gustos.

    Gracias por tu comentario :)

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  19. Que preciosidad de relato... calorcito rico para los sentimientos...

    Enhorabuena más que por el escrito (que se las merece todas), por haber sido capaz de "sentirlo" de esa forma.

    Saludos.

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  20. Acabo de leerlo por primera vez, gracias a tu comentario en mi blog de que lo publican el Jueves Santo.

    Y no es ningun desproposito esa fecha, porque el relato es un canto al Amor y a la Alegria de vivir, cuando estas enamorado.
    Y eso es mucha mejor religión que todos las procesiones, pasos y estampas tipicas de estas fechas.

    Me ha encantado.
    Me gustaria ser Carolina y tener un amor clandestino.
    Es emocionante, tierno y ademas termina bien. Lo tiene todo.

    Felicidades Ardillita, escribiendo eres la mejor, y no es coba.

    Un besito

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  21. Elegiste muy bien, querida Ardillita, publicar este relato para inaugurar tu nuevo blog...¡enhorabuena, esta historia me ha conmovido!

    Creo que ya me hablaste de ella cuando yo publiqué "Blanco" y a mi Simón, dueño de una floristería, haciendo esa famosa llamada a Adriana, la mujer perdida en el tiempoy en el espacio...

    Un besote, Ardillita querida.

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  22. Releo con placer tu relato y aprovecho para felicitarte no sólo por el aniversario de tu blog sino por lo polifacético de tu talento!

    abrazos cumpleañeros!!!

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Gracias por tu tiempo y tus palabras


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